Por: Armando Saavedra Perdomo
La sola presentación del proyecto de reforma tributaria en Colombia ha desatado toda suerte de críticas, mensajes en las redes sociales, y miles de “memes” que recuerdan de un lado a un presidente Duque en su época de senador, y de otro a un presidente Duque en su época de candidato.
En la primera se lo ve y escucha atacando la reforma tributaria de Santos; la acusaba de “Alcabalera”, “no apropiada, por ser presentada justo cuando la inflación estaba en su punto más alto y se había comido el aumento del salario mínimo”, y “cuando la confianza del consumidor estaba deteriorada y la economía se desaceleraba”. Y terminaba diciendo que “No podemos pasarle a la clase media la cuenta de cobro de todo el derroche de la renta petrolera”
En la segunda, vemos a un Duque candidato; que ante la pregunta de si ¿Se pueden bajar impuestos? la respuestas contundente fue “SÍ, porque los impuestos en Colombia son altos, son asfixiantes, y no están ayudando a la formalización”
Pero lo más anecdótico, risible, y falto de seriedad, es la dinámica que ha tomado la discusión, pues el país se fue lanza en ristre contra el gravar con IVA el azúcar, la sal y el café y otros elementos de la canasta familiar, discusión que servía, a mi modo de ver, de cortina de humo, de telón de fondo, de distractor jocoso de dos objetivos:
Que el olvidemos lo importante, que no es, que un excandidato incumpla sus promesas y de paso, borre de su memoria de ex senador, los principios e ideas que solía defender, a eso ya estamos acostumbrados desde los inicios de la república. Nos distraen, para que olvidemos que no es la primera reforma tributaria de este gobierno, elegido por que iba a bajar los impuestos, es la tercera reforma, y cada vez más avasalladora contra la clase media y baja.
Sirve la discusión también para fortalecer una campaña que nació sin mucha fuerza, la noticia de ayer, miércoles 7 de abril de 2021, fue que después de haberse reunido con Tomas y Jerónimo Uribe, el presidente Duque decidió que el azúcar, café, pasta, y la sal, entre otros, ya no tendrán IVA, dando a entender, según los medios, que fue idea del futuro candidato Uribe, quien en adelante será el defensor de los pobres.
Y así continuamos con este sainete que se llama Colombia, país que disfraza una reforma tributaria tras una supuesta reforma de carácter social, país que grava la canasta familiar mientras compra aviones de guerra, para un país que NO ESTA EN GUERRA, país en el que los hijos de un ex presidente, son los que manejan la agenda tributaria nacional.
Dice la real academia de la lengua que un SAINETE, es una pieza teatral jocosa y normalmente de carácter popular, pues eso el actual proyecto de reforma tributaria, ¿hasta cuándo vamos a seguir así?. ¿No creen que ya es tiempo de CAMBIAR?, revisemos este sainete y esperemos a ver ¿Cómo lo votan nuestros representantes y senadores? ¿Qué dicen nuestros gobernantes?, y así entenderemos que es lo que anda mal y que lo que debemos cambiar.