Brenda Yurany Calderón España, estudiante universitaria, por poco completa cuatro días en huelga de hambre, mientras aguarda que la Universidad Corhuila restituya sus derechos estudiantiles y le permita continuar su formación como futura médica veterinaria y zootecnista. La resolución de este asunto ahora reside en manos de la justicia.
Diario del Huila, Neiva
Brenda Yurany Calderón Peña, estudiante del noveno semestre de Medicina Veterinaria y Zootecnia en la Corporación Universitaria Corhuila, ha entrado en su cuarto día de huelga de hambre, una protesta que la ha llevado a la puerta misma de su institución educativa. Con una carpa que le sirve como refugio durante las noches y el apoyo ocasional de amigos y compañeros de estudio, Brenda lucha por recuperar su derecho a la educación y la oportunidad de concluir su carrera universitaria, una meta que pende de un delicado equilibrio entre la justicia y las decisiones de la universidad.
A pesar de los efectos del ayuno, su estado de ánimo sigue siendo estable, y su determinación se mantiene firme. Su objetivo principal es entablar un diálogo con el rector de la universidad para abordar una serie de peticiones que ella y sus compañeros están planteando. Entre estas demandas se incluye la necesidad imperante de llevar a cabo una investigación exhaustiva y justa en torno a las acusaciones que enfrenta, específicamente la afirmación de haber obstruido el acceso a las instalaciones durante una manifestación que tuvo lugar el 17 de marzo pasado.
Brenda sostiene tener pruebas sólidas que desacreditan estas acusaciones infundadas y refutan cualquier sugerencia de que lideró dicha protesta. Para ella, sus derechos educativos se han visto vulnerados debido a la decisión de la universidad de suspenderla durante dos semestres, una medida que considera extremadamente perjudicial, dado que está a punto de completar su plan de estudios.
Según Brenda, todo comenzó cuando se unió a una protesta que buscaba abordar diversas preocupaciones académicas. Desde su primer semestre en la universidad, ha presentado formalmente las deficiencias académicas que, según ella, afectan su programa de estudios. También ha abogado por una revisión de la infraestructura de la sede principal, ubicada en el barrio Quirinal, debido a que no cumple con las necesidades de las personas con discapacidad.
La sanción de suspensión de dos semestres fue notificada por la universidad el 17 de julio pasado. Sin embargo, gracias a una medida provisional otorgada por la justicia, Brenda ha podido continuar sus estudios durante este período. A pesar de ello, su situación se ha vuelto más precaria, ya que la universidad ratificó la suspensión por dos semestres tras una primera apelación.
Derecho al estudio
Brenda hace un llamado enérgico para que las pruebas que respaldan su inocencia se utilicen en su defensa, con el fin de garantizar un proceso justo y respetar los principios fundamentales del derecho a la educación y la justicia procesal. Aunque ha recibido el apoyo de la personería de Neiva, se sintió en desventaja durante una reunión con el rector, ya que la otra parte estaba representada por abogados. En dicha reunión, no se logró ningún avance significativo, ya que el rector argumentó que el problema no estaba relacionado con las pruebas, sino con la huelga de hambre.
Brenda ha anunciado su firme determinación de continuar con la huelga de hambre hasta que se encuentre una solución satisfactoria a su caso, con el objetivo de restablecer su derecho a la educación y preservar los derechos fundamentales de la protesta y la libertad de expresión.
Acompañamiento
En respuesta a esta situación, el personero de la ciudad Neiva, Wilson Diaz Sterling, ha manifestado que están al tanto de la manifestación de la estudiante. La personería envió a dos profesionales para conversar con Brenda y comprender las razones que la han llevado a emprender esta huelga de hambre. Han solicitado un encuentro con el rector, quien proporcionó información sobre las acciones y medidas tomadas por la universidad en relación con la estudiante.
Wilson Diaz Sterling afirmó: «Hemos solicitado un espacio para buscar soluciones a la situación que enfrenta esta joven estudiante. La institución misma ha señalado que esperará los resultados de la decisión de la autoridad competente, en este caso, un juez de la República, para tomar las medidas pertinentes. Entendemos que ella ha decidido continuar con la manifestación, y nuestro equipo de la personería está muy pendiente para activar protocolos que garanticen sus derechos fundamentales».
Los hechos que dieron origen a esta protesta ocurrieron en marzo pasado, y desde entonces, la Corporación Universitaria del Huila, Corhuila, una prestigiosa universidad privada en el Departamento, ha estado en el centro de la controversia en los tribunales.
La protesta, según evidencian videos disponibles, fue pacífica y duró solo dos horas. No se registraron obstrucciones ni daños en el interior de las instalaciones. Fue una manifestación que buscaba mejorar las condiciones académicas, marcada por una pancarta y llamados al mejoramiento educativo.
De los ocho estudiantes sancionados inicialmente, seis lograron revocar las medidas a través de acciones legales (tutelas), mientras que los otros dos, Brenda y Juan José Guerrero, recibieron la orden de la justicia de que se realizaran nuevamente los procesos sancionatorios dentro de la universidad. La institución educativa decidió sancionarlos nuevamente con una suspensión de dos semestres. Esta decisión ha generado un debate sobre la justicia educativa y la protección de los derechos de los estudiantes en el país. La historia de Brenda Calderón Peña, sentada en huelga de hambre en busca de justicia y educación, continúa siendo un llamado a la reflexión sobre estos temas fundamentales en la sociedad.
