El consumo excesivo de ciertas vitaminas puede no solo provocar daños en los riñones, sino también la función hepática.
DIARIO DEL HUILA, MEDIO AMBIENTE
Los órganos urinarios bilaterales que componen el organismo son los riñones. Estos tienen forma de frijol y están ubicados en el retroperitoneo, es decir, en los cuadrantes abdominales superior derecho y superior izquierdo. De acuerdo con el portal web Kenhub, los riñones son los encargados de eliminar el exceso de líquido corporal, sales y subproductos del metabolismo.
Por lo general, cuando esta función se ve alterada, suelen aparecer patologías como los cálculos en los riñones, infecciones, quistes y, en el peor de los casos, cáncer de riñón. Según información de Vivo Labs, la insuficiencia renal crónica hace referencia a la pérdida progresiva, permanente e irreversible de la tasa de filtración glomerular a lo largo de un tiempo.
“Esta patología empeora de forma progresiva con el paso de los años y puede permanecer asintomática durante sus primeras etapas, así que podría estar muy infradiagnosticada a nivel general”, indica el portal en mención.
Además de esta enfermedad renal, los cálculos renales, conocidos popularmente como piedra en el riñón, hacen referencia a masas sólidas compuestas de pequeños cristales que se depositan en el tracto urinario. Esta es una de las patologías más comunes que puede afectar los riñones y se puede presentar con síntomas como el dolor, la presencia de sangre en la orina, náuseas, vómitos y otros signos.
Las causas de estas patologías son múltiples, pero una muy común es el consumo excesivo de ciertas vitaminas. A pesar de que son nutrientes esenciales para mantener un buen funcionamiento del cuerpo, cuando se consumen en exceso, esto puede traer graves consecuencias, especialmente para los riñones y el hígado.
De acuerdo con los expertos, el consumo excesivo de este nutriente hace que el cuerpo no las pueda procesar correctamente y esto aumenta el riesgo de provocar daños en los órganos encargados de metabolizar y eliminar los excesos. De acuerdo con Miguel Escalante Pulido, endocrinólogo del departamento de endocrinología del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco explicó al portal web The Food Teahc que “aunque es una práctica común, apenas entre el 5% y el 7% de las personas que consultan al endocrinólogo lo hacen por malestares atribuibles a hipervitaminosis y es de hecho hasta entonces que caen en la cuenta de que consumir vitaminas en exceso no es tan inocuo como por lo general se cree”.
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Del mismo modo, agregó que cuando se habla de vitaminas A, B, C, D y E, los efectos nocivos de su consumo en exceso podría generar descamación de la piel, caída de las uñas, náuseas, vómitos, gastritis y un grave daño hepático.
Vitaminas en exceso que afecta los riñones
-Vitamina A: el consumo en exceso de este nutriente puede ocasionar daños no solo en los riñones, sino también en el hígado y en los huesos.
-Vitamina D: las cantidades excesivas de esta poderosa vitamina pueden ocasionar calcificación de los riñones, lo cual aumenta el riesgo de padecer cálculos renales.
-Vitamina C: las altas dosis de este nutriente pueden causar una gran irritación renal y contribuir a la formación de cálculos renales.
Para prevenir los efectos adversos del exceso de vitaminas en los riñones, es importante consumir una dieta balanceada, que incluya frutas y verduras. Estos alimentos aportan al cuerpo vitaminas y minerales esenciales para la formación de los tejidos y el correcto funcionamiento de los órganos. Además, al consumir estos alimentos, el cuerpo los proceso más rápido que los suplementos, y esto evita una sobrecarga vitamínica en el organismo.
“Reiteró la importancia de buscar asesoría profesional para iniciar un plan vitamínico, ya sea con el médico o con el nutriólogo, y en cuanto a la ingesta de bebidas rehidratantes sugirió no consumirlas en exceso, ya que su contenido de vitamina C es cinco a seis veces mayor que el recomendado diariamente”, acota Escalante.
Destacado 1: Del mismo modo, agregó que cuando se habla de vitaminas A, B, C, D y E, los efectos nocivos de su consumo en exceso podría generar descamación de la piel, caída de las uñas, náuseas, vómitos, gastritis y un grave daño hepático.
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