Aníbal Charry González
Ha salido a posar de mártir de la democracia y perseguido político como suele hacerlo marrulleramente el negacionista expresidente Uribe cada vez que recibe sindicaciones penales buscando deslegitimar a la justicia, al conocer anticipadamente que el Tribunal Superior de Bogotá negará la preclusión solicitada en forma parcializada y contra toda evidencia por la Fiscalía para llamarlo a juicio por los delitos de fraude procesal y soborno a testigos , afirmando “ hoy me crean otro obstáculo para seguir en esta tarea democrática, pero procuraremos continuarla”, haciendo referencia en discurso amañado para la galería que lo sigue con complicidad, que se trata de un nuevo ardid de la justicia para tratar de impedir su proselitismo en las elecciones regionales.
Lo dicho: nada más mendaz e incendiario para mantener una venenosa polarización que causa mucho daño especialmente a las instituciones y concretamente a la encargada de administrar justicia, acudir a este nocivo y perverso expediente que él ha entronizado desde su gobierno que por supuesto ha cundido como mal ejemplo que copian los diferentes actores de la política que resultan encartados ante la justicia por sus crímenes, de declararse inocentes y perseguidos políticos por una justicia que denominan pérfidamente como politizada, cuando lo que hace es judicializar no a la política sino a los políticos corruptos y criminales que abundan en nuestro país como mala hierba en medio de la impunidad.
Hay que recordar para desmentir a Uribe, de que lo que está haciendo la justicia en estos momentos es atravesársele a su supuesta vocación democrática en estas épocas electorales, es que ya se había pronunciado la justicia mucho antes para negar la preclusión solicitada por la Fiscalía mediante fallo de la juez Laura Barrera del juzgado 41 Penal del conocimiento de Bogotá, que confirma la utilización politiquera que se hace para hacer aparecer a la justicia en épocas electorales como una intrusa en actividades proselitistas de un asunto penal que se viene adelantando desde el 2018 por la Corte Suprema de Justicia que perdió su competencia para procesar y juzgar a Uribe como aforado, cuando el renunció a dicha condición para hacerle el esguince al alto tribunal, sabedor de lo que le venía pierna arriba por las pruebas que lo involucran en los delitos por los cuales ahora es llamado a juicio.
Per lo más insólito de este caso, es que lo va a seguir utilizando Uribe con fines politiqueros para continuar deslegitimando la justicia en el enfrentamiento con la Fiscalía pregonando su inocencia y su condición de perseguido político, pues su llamamiento a juicio no esta garantizado no obstante el fallo del Tribunal, pues la Fiscalía en un sistema penal de chiste que tenemos podrá pedir una nueva preclusión que al parecer no tiene límites para seguir en este círculo vicioso que solo sirve a los politiqueros encartados con la justicia para desacreditarla y pregonar su falsa inocencia, en la cual creen sus fanáticos y cómplices seguidores para continuar votando por ellos y así mantengan su sinuosa actividad politiquera.
