DESHOJANDO MARGARITAS
Por Margarita Suárez
Orlando Ayala, exvicepresidente mundial del gigante tecnológico Microsoft, hoy se desempeña como conferencista y consultor. Este Administrador de Sistemas de Información de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, es la personificación del sueño americano. Su historia deben conocerla todos, en especial los jóvenes que están construyendo futuro. En el libro “Orlando Ayala, el colombiano que le hablaba al oído a Bill Gates”, el periodista Julio César Guzmán lo describe como “trabajador incansable que de niño vivió en el modesto barrio Santafé, en Bogotá”. Aprendió inglés estudiando solo. Logró dominar ese idioma antes de terminar su carrera en la Tadeo Lozano, en jornada nocturna, para trabajar de día. Superó sus adversas condiciones sociales y económicas, hasta convertirse en el ejecutivo más importante en la historia informática de Colombia. En conferencias Ayala comenta su relación con Bill Gates, el genio que hizo que muchas familias tuvieran al menos un computador en casa. “No respeto la plata de Bill, mi respeto hacia él es por su capacidad, su inteligencia, su visión multiplicadora”. ¿Y qué es la inteligencia para Ayala? “Es la capacidad de ver algo que los demás no ven, algo que no es obvio. Pensar en lo que los demás no piensan”. ¿Cómo alguien que nace en un país en vía de desarrollo, lejos de los grandes centros de innovación tecnológica, llega a ser la mano derecha de Bill Gates? Orlando cree que la clave de su éxito fue buscar lo que no es obvio. Sus buenos resultados en NCR Colombia, motivaron su traslado a México como director de ventas. Estando allí, lo contactó desde Nueva York un cazatalentos, que lo vinculó a Microsoft, donde fue gerente de la oficina para América Latina. “Logré crecer la región de cero dólares a 100 millones en 1994”. Ganó por méritos los cargos de vicepresidente del Grupo de Ventas, Mercadotecnia y Servicios Mundiales, y el de vicepresidente ejecutivo de la Región Pacífico del Sur y las Américas. Ayala dice: “El mundo está enfermo por le falta de actitud. Hay que pensar positivamente porque aún en el contexto más difícil hay un ángulo positivo”. Por encima de todo están los valores que aprendió en su casa, además de capacidad y ética, aspectos que fueron determinantes en su éxito. Dice que para obtener metas hay que acercarse a donde puede estar la oportunidad. “No se puede hacer un torero en el matadero”.