ALFREDO VARGAS ORTIZ
Orgullosamente Docente U. Surcolombiana
Doctor en Derecho U. Nacional de Colombia
¿Realmente el Departamento del Huila es pobre? ¿O lo que ha ocurrido es que, durante largos años, pese a las riquezas inconmensurables de nuestra tierra, nuestros líderes nos han hecho cada vez más pobres? El departamento del Huila no se ubica en un país desarrollado, como Colombia, ni en una región como América Latina en donde la tasa de pobreza alcanzó el 32,3% de la población total de la región (una disminución de 0,5 puntos porcentuales respecto a 2020), mientras que la tasa de pobreza extrema fue de 12,9% (0,2 puntos porcentuales menos que en 2020) (CEPAL, 2020).
El Departamento del Huila en el ranking del Índice de la Pobreza Multidimensional se encuentra en un 19,2% y por ello está por debajo del índice nacional 19,6 %, ocupando la posición 13. Sin embargo, me abruma saber que hoy, según el DANE, tiene 36 municipios que superan el promedio nacional de pobreza multidimensional que es de 19,6%, en términos prácticos del mas del millón cien mil habitantes que tienen nuestro departamento cerca de 218.690 personas viven en condiciones de pobreza multidimensional (no comen tres veces al día, no acceden a educación, salud y mucho menos tienen vivienda). Y lo más grave es que municipios como Colombia, Oporapa y Saladoblanco son los municipios más pobres del Huila a los que se suman los índices de analfabetismo en municipios como Baraya (12,21%); Colombia (10,58%); Villavieja (10,01%); Tello (9,75%) y Algeciras (9,60%).
Es claro que la situación no es la mejor y por ello el próximo 29 de octubre tenemos la oportunidad de cambiar en parte a los responsables de liderar el cambio que necesita el Departamento, es la hora de enjuiciar a los corruptos y darles la espalda de una vez por todas en las urnas, no podemos seguir permitiendo que se roben los recursos de la educación, que viajen por el mundo, y vivan de banquete en banquete, mientras los niños se mueren de hambre.
La verdadera crisis es ética, es de principios básicos de humanidad. De respeto por la vida y los recursos públicos como sagrados. De ser coherentes con lo que decimos y hacemos. De poner a los más sabios y capaces a gobernar este paraíso que resiste el embate del cinismo hecho política y de la complicidad de nuestra indiferencia. No más corruptos en el poder, promovamos la meritocracia en la elección de los cargos al concejo, asamblea, gobernación y alcaldías, ejerzamos el voto programático, nos más mediocres y corruptos en el poder, se debe acabar con aviones, carros de lujo y esquemas de seguridad de estos personajes. Que sientan lo que todos sentimos cuando salimos a la Calle en las terribles condiciones de inseguridad y pobreza. Colombia debe proponerse acabar con el hambre, el analfabetismo, la impunidad y el desempleo. Tal como lo señalan la ONU, se deben crear oportunidades para empleos buenos y decentes y asegurar los medios de vida, apoyar prácticas inclusivas y negocios sostenibles y promover mejores políticas gubernamentales e instituciones públicas justas y responsables, o como lo señala el Banco Mundial “Para poner fin a la pobreza extrema y romper el ciclo de fragilidad, conflicto y violencia, los países deben poder garantizar el acceso a servicios básicos, la existencia de instituciones gubernamentales transparentes y responsables, y la inclusión económica y social de las comunidades más marginadas”. Este es el mejor momento de cambiar y el poder lo tienen el pueblo, por favor, ayúdenos a que los mejores nos gobiernen y que la ética y la estética ocupe los cargos públicos de nuestro departamento.
