Con las medidas adoptadas por las autoridades, poco a poco mejoran los niveles de agua en la represa, lo que ha permitido salvar una producción de 20 mil toneladas de tilapia valorada en 80 millones de dólares. Los niveles pasaron del 32% de volumen útil al 42% en las últimas 24 horas. Lo que representa un desarrollo positivo en la protección de la industria piscícola en la región.
Diario del Huila, Panorama
La rápida articulación interinstitucional ha permitido dar respuesta a la amenaza a la industria piscícola en el Huila debido a los bajos caudales de la Represa de Betania. El gobierno regional, la Gobernación del Huila, el gobierno nacional y los piscicultores se han unido para proteger una industria que genera miles de empleos y aporta significativamente a la economía regional.
El Embalse de Betania, en Huila, alberga una próspera industria piscícola. Sin embargo, la reducción de caudales ha desafiado a los piscicultores. En respuesta, la CAM y la Gobernación han liderado soluciones colaborativas.
Medidas
El esfuerzo inicial implicó reuniones técnicas la semana pasada, donde representantes del Gobierno Nacional y la industria piscícola huilense se unieron. El propósito era idear soluciones para asegurar los caudales críticos que respaldan la producción piscícola, valuada en 20 mil toneladas y 80 millones de dólares. La industria piscícola es una fuente importante de empleo y un componente vital de la economía regional.
La Resolución 40629 del Ministerio de Minas y Energía resultó vital; su vigencia hasta abril de 2024 posibilitó un incremento progresivo de los niveles de la Represa de Betania, del 32% al 42%. Este enfoque gradual tranquilizó a los piscicultores, evitando cambios abruptos en las condiciones del agua y protegiendo sus cultivos de peces.
Adecuación de puertos
La Gobernación del Huila respondió enviando maquinaria amarilla para reparar los puertos inutilizados por la disminución del caudal. Esto facilitó el suministro de alimento y la exportación de productos, cumpliendo con acuerdos nacionales e internacionales.
La coordinación interinstitucional ha sido clave en la búsqueda de soluciones a corto plazo, pero también se están explorando herramientas para proteger la piscicultura a mediano y largo plazo. La variabilidad climática plantea desafíos significativos para esta industria, que emplea a aproximadamente 20 mil personas y contribuye en gran medida a la economía regional.
La próxima etapa de esta colaboración será una mesa técnica para continuar evaluando la capacidad de carga del embalse El Quimbo. Esta reunión se llevará a cabo la próxima semana con la participación de la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena – CAM y la Agencia Nacional de Licencias Ambientales – ANLA, ambas autoridades en materia ambiental.
Mensaje de tranquilidad
César Augusto Pinzón Vargas, director ejecutivo de Fedeacua, expresó un mensaje de tranquilidad para el sector piscícola que produce tilapia en la Represa de Betania. Los niveles más estables han mejorado los parámetros físico-químicos, permitiendo una excelente producción. Ahora es posible ingresar alimentos y sacar la producción de peces de la represa. El riesgo de pérdida de las 18 mil toneladas anuales de producción ha disminuido significativamente, lo que habría tenido repercusiones económicas, sociales y ambientales.
La rápida y precisa articulación entre los entes gubernamentales, incluyendo los ministerios de Agricultura, Medio Ambiente y Minas, ha permitido un cambio en la prioridad de generación de la Represa de Betania en cuanto a la cuota nacional de generación de energía. Esto ha aliviado la presión sobre la hidroeléctrica, y los resultados ya son evidentes con la mejora de las condiciones de la represa. Se está trabajando en una reestructuración tanto a nivel jurídico como técnico para prevenir futuras contingencias.
Todas las entidades, ANLA, CAM, Aunap, se comprometen a encontrar soluciones sostenibles para preservar la industria piscícola regional. Esta colaboración es un modelo de eficacia y protección económica, ambiental y comunitaria
La crisis
Todas estas medidas surgieron como respuesta a una situación crítica que había sido alertada por los piscicultores de la región. En las últimas dos semanas, se presenció una brusca disminución de los niveles de agua en el embalse, generando obstáculos significativos tanto para la producción como para el abastecimiento de alimentos y recursos esenciales en la zona.
La temporada de verano exacerbó la problemática al disminuir los niveles de agua en Betania y El Quimbo. Sin embargo, Seboruco, Betania, experimentó el impacto más significativo, con la formación de extensas áreas de lodo que complicaron notablemente el acceso de vehículos.