ALFREDO VARGAS ORTIZ
Orgullosamente Docente U. Surcolombiana
Doctor en Derecho U. Nacional de Colombia.
Existes muchas razones para que un grueso número de personas estén indecisos en votar en las próximas elecciones, o deseen inclusos abstenerse de hacerlo, o simplemente van a votar por el amigo, o el que otros le dicen que vote. En este sentido, quiero hacerles una invitación muy respetuosa a todos ellos para que de una vez por todas ejerzan la parte de soberanía que la propia constitución pregona desde su preámbulo.
Votar bien, es un acto de soberanía, pues con ello le damos la oportunidad a ciudadanos de bien, capacitados, con honestidad probada para que administren la cosa pública, o por el contrario, permitimos que esta sarta de bandidos, que nada les importan nuestros derechos, nos sigan gobernando para que con su opulencia continúen llenando sus bolsillos con los recursos públicos consolidando la desigualdad, la inseguridad, la inequidad, la falta de vías e infraestructura adecuada, la falta de agua potable, la baja calidad educativa, la poca competitividad, las violencias y sobre todo la pobreza y las escasas oportunidades para las mujeres, niños, campesinos, jóvenes, ancianos, personas en situación de discapacidad, víctimas del conflicto, indígenas y la población vulnerable que sufren la cruda realidad de un Estado que les da la espalda y de unos sujetos que solo se acuerdan de ellos el día de elecciones.
Votar bien es un acto de dignidad, entendida como la posibilidad de vivir con plenas garantías para auto realizarse y vivir en las mejores condiciones de vida, pudiendo comer sin restricciones, escoger el trabajo que le gusta, educarse, tener vivienda, caminar por las calles de las ciudades y los campos sin miedo a ser atracado, extorsionado o incluso asesinado, vivir dignamente implica expresarse sin miedo a que lo silencien, realizar un control político y fiscal al uso de los recursos públicos, exigir resultados a los que nos gobiernan formalizando solicitudes de rendición de cuentas permanentes al uso adecuado de nuestro presupuesto.
Votar bien, es un verdadero acto de dignidad, pues al hacerlo le arrancamos el poder a aquellos que han hecho lo mismo siempre, poner sus intereses por encima de los intereses colectivos y así alimentar la desgracia de vida vacía en la que viven, despilfarrando los recursos públicos para engrosar su ego, para satisfacer sus más viles deseos de atesorar dinero que no les pertenece para comprar la dignidad de los otros, de esos desvalidos que tanto necesita de nuestra solidaridad y apoyo. Estos politiqueros de oficio, estarán siempre aparentando lo que no son, mintiendo a diestra y siniestra, abandonando la ética y los principios y traicionando incluso el mandado cristiano de hacer el bien sin ostentación, ayudando al prójimo como a su propio hermano siendo todos hijos de Dios. Por eso el próximo 29 de octubre votemos con soberanía y dignidad para que de una vez por todas el Huila sea ese lugar donde florecen los sueños de todos.