ERNESTO CARDOSO CAMACHO
Este domingo 29 los colombianos y huilenses tenemos la responsabilidad de ejercer nuestro derecho democrático, para elegir los gobernantes territoriales y locales que habrán de administrar nuestros intereses, aspiraciones y sueños.
Nunca como ahora la institucionalidad reclama la participación ciudadana para elegir a los mejores. La noble actividad política cuyo propósito fundamental es el servicio eficaz, honesto y desinteresado, la han convertido las castas y maquinarias, en el asqueroso negocio de intereses personales donde la codicia por el poder y el dinero es su gran propuesta.
Ya no se trata de representar una idología que contenga valores, principios, convicciones; si no de mezquinos deseos de enriquecimiento generalmente ilícito. Por ello, los partidos como instrumentos democráticos de representación ciudadana, han entrado en profunda crisis, debido a que sus dirigentes, voceros y candidatos; ya no actúan con liderazgo de servicio y promoción de valores y principios; si no de empresas dedicadas a conseguir apoyos electorales mediante el engaño, las mentiras y el abuso de las necesidades económicas de muchos ciudadanos.
El contratico de prestación de servicios por tres o cuatro o máximo por 10 meses, es el gran gancho electoral que usan sin verguenza alguna para esclavizar al elector, pues según ellos, los políticos, les quedan debiendo el favor casi que de por vida.
Por otra parte, la contratación de obras civiles, de suministros, de asesorías; con las cuales se comprometen los recursoso públicos destinados para financiar el desarrollo regional o local y la calidad de vida de los ciudadanos; la han convertido en el gran negocio que sirve para financiar campañas y como fuente de enriquecimiento ilícito de gobernantes y funcionarios.
Por ahí hay un aspirante que se ufana de ser el candidato de los contratistas y un alcalde en ejercicio que sin sonrojarse anuncia el gran poder de contratar 50 mil pregoneros para quedarse en el poder en cuerpo ajeno. A éstos niveles de bajeza ética y moral hemos llegado, lo que explica el atraso, la pobreza, las inequidades sociales y la falta de oportunidades que contribuyen a la violencia, a la anarquía y el caos que estamos padeciendo.
Ni para que mencionar la falta de autoridad y orden que estimulan la delincuencia urbana y rural. Ya en muchos sectores del territorio la amenaza, la intimidación, el boleteo, la extorsión y la vacuna, constituyen el pan de cada día, empobreciendo más a nuestros campesinos que impotentes soportan con resignación el embate de los violentos de todas las pelambres. Mientras tanto, el presidente y los gobernadores y alcaldes dedicados a impulsar a sus candidatos para mantenerse en el poder.
En conclusión, el panorama económico, social y político en el cual se desarrolla este debate electoral ha generado el desgano, la apatía, el desinterés ciudadanos, hecho que se refleja en los sondeos de opinión en los que el porcentaje de no sabe o no responde permanece en niveles del 30 y 35%.
Al tiempo, los porcentajes de favorabilidad o de intención de voto por los dos candidatos de las maquinarias no sobrepasa en conjunto la cifra del 50%, hecho que puede interpretarse como el rechazo a tales candidaturas representadas en Villalva y Lara. El primero, con más de 30 años en el poder; y el segundo, apalancado en las castas de los Andrade, de Ernesto Macías, de Jaime Bravo y recientemente en la felonía traidora del enfermizo Julio Bahamón.
Frente a este panorama desalentador ha aparecido en el escenrio una candidatura fresca, joven, renovadora, con experiencia en el sector privado y en el público en la gestión de la diplomacia comercial de Colombia. Se trata del empresario cafetero EDUWIN VALENCIA RODRIGUEZ, nacido en La Plata, administrador financiero experto en agronegocios y con gran conocimiento de la caficultura, principal renglón de nuestra economía.
Es decir, una hoja de vida limpia, transparente que se ha convertido en la piedra en el zapato de los caciques políticos del Centro Democrático y de la dirigencia regional; quien luego de haber sido invisibilizada su candidatura por los medios de comunicación; ha irrumpido en el escenario con gran fuerza, en una campaña austera, sin grandes inversiones publicitarias como las de Villalva y Lara, volantiando en las calles de los pueblos y centros poblados en donde se conecta con el ciudadano que lo identifica como la gran esperanza de la renovación de nuestra clase dirigente.
No aparece en las encuestas o sondeos de opinión porque es una amenaza para las maquinarias, pero si esta presente en el subconsciente colectivo que lo ha reconocido como la gropción de renovación y cambio.
Porque lo conozco y lo he acompañado con entusiasmo en su gran empeño de renovación de nuestra adormecida y lerda clase dirigente, votaré por él este domingo e invito a los huilenses para que castiguemos en las urnas la mezquindad, la politiquería y la corrupción.