El corresponsal Boris Maksúdov, del canal Rossiya 24, murió, un día después de ser herido en un ataque ucraniano con un dron mientras filmaba un reportaje en la provincia rusa de Zaporozhie.
El Ministerio de Defensa ruso informó sobre el ataque con drones contra un grupo de periodistas que preparaba un reportaje sobre los ataques ucranianos contra objetivos rusos en el frente sur.
Por su parte, la vocera de la Cancillería rusa denunció que para Kiev los periodistas rusos son un «objetivo legítimo de destrucción» desde hace muchos años.
En este sentido, el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, en una entrevista en el programa ‘Moscú. Kremlin. Putin’ del canal local Rossiya-1 afirmó que el Kremlin no esperaba que los países occidentales reaccionaran ante la muerte de Maksúdov porque los dirigentes de los países europeos se atienen a «normas incomprensibles».
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«Desgraciadamente, ahora nos enfrentamos a una composición muy peculiar de los dirigentes de los países europeos, que no sólo se adhieren francamente, casi oficialmente a una especie de doble rasero, sino que se adhieren a normas incomprensibles», aseveró.
Ya las autoridades ucranianas han informado de que los bombardeos rusos han dejado tres muertos en las regiones del sureste de Ucrania.
La región de Jersón, en el sur, recibió ocho descargas nocturnas de artillería, que mataron a un hombre de 42 años en su edificio de apartamentos e hirieron a otro hombre, dijo la oficina presidencial ucraniana. Los bombardeos rusos también mataron a dos personas en la región de Donetsk.
Y el Kremlin advirtió hoy de que la OTAN se involucrará cada vez más militarmente en el conflicto en Ucrania, pero recalcó que ello no repercutirá en la decisión de Rusia de cumplir los objetivos que se planteó al lanzar su campaña militar en el vecino país.
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