Parapeto
¡Para creyentes y no creyentes!
El jueves Santo regresé a Bogotá a guardar con respeto y devoción los días santos de la pasión y muerte de Jesús y su gloriosa resurrección. Teniendo como premisa mi fe, traigo a colación la frase más elocuente que haya leído del Papa Francisco en la que resume la grandeza del Señor. Francisco nos dice: “No existe un Dios Católico, existe Dios”, esto es, Dios existe para toda la humanidad, sin exclusiones. Existe para los que creemos y para los no creyentes.
A continuación, el Pontífice afirmo que: “cada uno de los seres humanos debemos tener idea del bien y del mal y debemos elegir seguir el bien y combatir el mal, según nuestra concepción. Con esto, bastaría para mejorar al mundo”, concluyó. Estoy totalmente de acuerdo con el Vicario de Cristo en la Tierra. En la homilía que nos ofreció el viernes santo nos recordó que la vida es la empresa más grande en la que debemos comprometer todos nuestros esfuerzos y, en ese sentido, debemos encargarnos personalmente de ella para evitar irnos cuesta abajo.
Nos advirtió, que la vida vale la pena vivirla a pesar de todos los desafíos. Hemos visto con agrado a los últimos pontífices de Roma, como peregrinos de la Fe en Cristo, que durante sus visitas a distintos países del mundo, Católicos y no Católicos, han adelantado una necesaria apertura de la Fe universal, lo pudimos ver en la reciente visita de Francisco a Irak país religiosamente Islámico, de mayorías Chiitas, temido por su concepción religiosa extremista, y su empeño de convocar a todas las religiones del planeta a una gran asamblea de creyentes y no creyentes, pero, al fin y al cabo, pueblos del mundo que sufren problemas idénticos a los que les debemos poner la debida atención para defender, no solo sus creencias, sino a la juventud como base y futuro de las naciones.
En ese sentido la iglesia católica, con El Papa Francisco a la cabeza, ha venido teniendo contactos con importantes teólogos, semiólogos y Psicoanalistas invitándolos a señalar aquellas áreas significativas que deban hacer parte del diálogo propuesto y, hasta ahora, se han definido dos grandes temas que deben ser analizados en la plática, siendo el primero de ellos el papel de la economía y el progreso técnico/científico, por un lado, y el segundo, y tal vez el más importante, ¿cuál debe ser el destino de las jóvenes generaciones?, en el entendido de que la riqueza de la civilización exige que la visión humana no se adapte a la técnica, sino que más bien suceda lo contrario, según criterio de la Psicoanalista Julia Kristeva .
En este segundo punto la cuestión que le interesa a la Dra Kristeva es la juventud. Para ella, la situación que se les presenta a los jóvenes, “es que hoy en buena parte del mundo no existen ritos de iniciación a la adolescencia y se ha olvidado el tránsito de la adolescencia a la madurez. Nadie acompaña a los adolescentes, se ignora su enorme necesidad de ideales, nadie les ofrece la posibilidad de cumplir un servicio para los demás en su patria, o en cualquier lugar del mundo. El mundo de los jóvenes se encuentra en un estado de abandono. Algunos se dejan caer en la indiferencia, otros se orientan hacia distintas formas de espiritualidad, otros en cambio se precipitan hacia el mal radical, o bien hacia la autodestrucción de la tóxica dependencia, las enfermedades psicosomáticas, las distintas formas de inadaptación.
El fenómeno de la des/errancia; esto es, el rechazo a la familia, rechazo a la socialización, rechazo al estudio, del trabajo, de la formación profesional. Al fin, estos jóvenes no conocen la diferencia entre el bien o el mal, entre lo mío y lo tuyo, entre quien soy yo y quien es el otro. No se respetan a sí mismos ni respetan a los demás y son presa fácil de los extremismos violentos”.
Que curiosidad tan relevante: Es la primera coincidencia de muchas religiones en el mundo en la formulación del problema social y de fe: Ser conocedores del bien y del mal y saber elegir entre lo que es bueno y combatir el mal.
