Durante el 2023 se registraron un total de 11 homicidios de pescadores artesanales en el Huila. Según Asoquimbo, a esto se suma el desplazamiento y amenazas de muerte de algunos líderes en la zona de influencia de las represas de El Quimbo y Betania. Aseguran que a la fecha el Estado colombiano no ha tomado cartas en el asunto.
Diario del Huila, Panorama
En el presente año 2023, el Huila ha sido testigo de 11 homicidios de pescadores artesanales, quienes lamentablemente han sido víctimas de hostigamientos, amenazas y asesinatos. Esta constante violencia ha provocado un notorio desplazamiento de la población pesquera en la región de las represas de El Quimbo y Betania.
De acuerdo con la información proporcionada por la Asociación de Afectados por el proyecto Hidroeléctrico El Quimbo, durante el periodo comprendido entre marzo y julio de este año, se han documentado 9 asesinatos a lo largo del tramo que abarca desde la represa de El Quimbo hasta la represa de Betania. Los perpetradores de estas atrocidades han utilizado panfletos para reclamar la supuesta propiedad sobre el río, aparentemente vinculados a disidencias de las FARC.
No obstante, la representante legal de Asoquimbo, Jennifer Chàvarro, ha actualizado la cifra, reportando hoy un total de 11 asesinatos de pescadores, además de un atentado contra la vida de Alirio Perdomo, líder social y presidente de la Asociación de Calanderos e integrante de Asoquimbo.
“Estamos muy precupados, porque a la fecha no hay resultados concretos para garantizar la vida de estos líderes”.
Los crímenes, amenazas, extorsiones y hostigamientos están dirigidos principalmente hacia los pescadores artesanales de los municipios de Gigante, Hobo y Campoalegre. Jennifer Chàvarro subraya que estos asesinatos siguen sin resolverse, careciendo de avances significativos en las investigaciones, y el atentado no ha recibido medidas de protección, evidenciando una falta de respuesta efectiva por parte del Estado.
La consecuencia inmediata de esta situación ha sido el desplazamiento de comunidades ribereñas y la prohibición de la pesca artesanal, actividad tradicional y única fuente de sustento para estas poblaciones, generando intimidación y miedo entre la comunidad.
Ante este panorama, la vocera de Asoquimbo hace un llamado urgente a las naciones y gobiernos defensores de la paz y la democracia, así como a las misiones diplomáticas y la cooperación internacional en Colombia. Solicitan que, en el marco de sus mandatos y protocolos diplomáticos, insten al Estado Colombiano a pronunciarse y visibilizar la situación de derechos humanos y las afectaciones ocasionadas por la Represa.
De manera urgente, se demanda la implementación de acciones, protocolos y mecanismos institucionales que garanticen el derecho a la vida, la seguridad personal, la integridad física y psicológica, así como los derechos al trabajo, la organización y la libre movilidad de los pescadores artesanales en los municipios de Gigante, Hobo y Campoalegre.
Sin avances
“Nos hallamos en una situación de alerta, tal como ha advertido la Defensoría del Pueblo, y nos centramos especialmente en un caso que requiere atención especial: el de los pescadores artesanales ubicados en el tramo entre las represas El Quimbo y Betania. Nos inquietan profundamente las amenazas y los atentados que enfrentan. Hasta el momento, la Fiscalía no ha logrado avanzar en los procesos de investigación relacionados con estas acciones, generando una auténtica preocupación. La falta de resolución impide identificar a los responsables, lo que a su vez dificulta determinar las medidas necesarias a exigir o cómo el Estado puede garantizar la protección de la vida de estos defensores de los Derechos Humanos”, expresó Jenifer Chávarro.
A pesar de contar con un informe, la situación concreta de los pescadores artesanales y, en general, de los defensores del medio ambiente, no ha experimentado cambios significativos. La Relatora de Derechos Humanos ha expresado su preocupación al Gobierno Nacional y a la multinacional Enel respecto al contexto que se desarrolla en la zona. Es evidente que no se ha llevado a cabo una investigación adecuada y que tampoco se han implementado medidas de seguridad para quienes se ven afectados por esta problemática.
‘Solos con Dios y la virgen’
Según Leonardo Piedrahita, pescador artesanal y representante legal de la Asociación de Pescadores de Puerto Seco, hasta la fecha, la situación se mantiene en un estado que podríamos considerar como «normal», aunque con una constante sensación de inseguridad, dado que hasta el momento no se ha tomado ninguna medida concreta para abordar la problemática.
A pesar de haber recibido un taller de autoprotección de manera general por parte del Ministerio del Interior, las acciones prácticas para garantizar la seguridad de los pescadores artesanales no se han implementado. Aunque los casos de asesinatos han cesado, existe una aprehensión palpable y la esperanza de que no se repitan en el futuro.
Leonardo Piedrahita destaca que, a pesar de las denuncias presentadas por Asoquimbo y las alertas tempranas emitidas por la Defensoría del Pueblo, no se han llevado a cabo acciones específicas para salvaguardar la vida de los pescadores artesanales y líderes sociales que desempeñan un papel fundamental en las áreas circundantes de las represas El Quimbo y Betania.
“Ante estos hechos son varios los pescadores artesanales que por amenazas han tenido que abandonar el territorio, pues eran abordados y los amenazaban para que en el menor tiempo posible abandonaran sus hogares.
Leonardo destacó que, antes de la construcción de la represa El Quimbo, había una comunidad de pescadores artesanales significativamente más grande, pero actualmente apenas queda el 30 por ciento de ellos, ya que la falta de garantías y seguridad en el territorio ha impactado en sus actividades. Además, señaló que los algunos pescadores han tenido que migrar para salvaguardar sus vidas y las de sus familias.