Por: Paloma Valencia.
Aunque muchos analistas dicen que este primer tiempo del Presidente Petro no fue tan nefasto como se creía. No somos Venezuela, se consuelan; dicen que lo radical de sus propuestas ha ido matizándose. Sin embargo, creo que el acumulado de malas decisiones, o inacciones de este año, deja preocupantes resultados y, sobretodo, prevé un 2025 mucho más difícil.
La política de seguridad fue reemplazada con el discurso de la “Paz Total”, según el cual las ofertas del gobierno serán suficientes para desmantelar las organizaciones criminales, iniciando con ceses al fuego, que en la práctica ha significado el despeje de varios territorios bajo la promesa de desmovilización.
El repliegue de las FFAA dejó que los ilegales tomaran control territorial: hoy tenemos ciudadanos que ya no viven en el Estado de Derecho sino bajo el estado del terrorismo que usurpa el lugar de las autoridades. Tenemos más de 20 mil hombres en armas en varias regiones. En lo corrido del año (a octubre), la trata de personas aumentó un 34% (698 casos), el secuestro total aumentó un 72,3% (286 personas), la extorsión un 13% (8.553 casos), la voladura de oleoductos un 94,7% (37 casos), el hurto a personas un 9% (308.426 hurtos),y el hurto a vehículos un 1,9% (32.679 casos).
A esto hay que sumarle el poderío económico de los ilegales. La nueva política antidrogas -que se basa en hacer poco y promover la legalización- tampoco ha sido exitosa, la cocaína erradicada cayó un 74%. Aunque el Presidente presume que las incautaciones de droga aumentaron 11,6%, falta observar si el aumento es real o, si por el contrario, el aumento de los cultivos y productividad estamos ante una disminución neta.
La reforma tributaria de Petro también afectó al comercio y los consumidores. A octubre del 2022, la producción de la industria manufacturera cayó un 5,9% y el personal ocupado un -1,9%. El sector minorista decreció un 9,3%. Según Fenalco, para noviembre, el 26% de empresas del sector de comercio reportaron caídas en ventas. Las exportaciones disminuyeron en un 1,5% y las importaciones un 26,2%.
Con el aumento del IVA para el sector turismo, la quiebra de dos aerolíneas y la nula ayuda del gobierno, el tráfico nacional aéreo en lo corrido del año (a agosto) cayó un 11%, en ciudades que dependen del turismo como Santa Marta la caída fue del 24%, en San Andrés del 38%, y en Pereira del 24%.
El Gobierno destruyó el programa de “Mi Casa ya” que ha beneficiado a más de 292 mil hogares. Para septiembre la venta de vivienda VIS caía un 46,8% y la vivienda no VIS un 34,3%. Para el tercer trimestre todo el sector constructor presentó un decrecimiento del 8% del PIB.
Aunque la inflación ha cedido, las normativas del gobierno la tendrán al alza. El impuesto saludable que inició en noviembre incluye pastas, galletas, productos de panadería, cereales, aderezos, helados, mermeladas, mantendrán la inflación de alimentos por encima del 8%. El sector transporte para octubre tiene ya un crecimiento en los precios del 16,54% como resultado del aumento de precios de gasolina. Y los precios de los servicios públicos, que aún están por encima del 8,75%, enfrentarán otro aumento como consecuencia del fenómeno del niño que se pronostica fuerte para los primeros meses del 2024. Con el sobre impuesto de renta, que puso el presidente a las hidroeléctricas, el golpe será más duro para los colombianos en los recibos de energía.
La confianza del país sigue deteriorada y la desfavorabilidad del presidente (aprox. 70%) no contribuye. La confianza al consumidor sigue en terreno negativo con -20,9%, el índice de condiciones económicas está en -28,9% y el de Confianza Industrial en -3,7%.El Presupuesto General dejó desfinanciada la salud en cerca de 10 billones pero sí alcanzó para el Ministerio de la Igualdad que costará 900 mil millones en burocracia y solo tendrá 400 mil millones para inversión.
Es un Gobierno con más discurso que resultados. Sus logros tienen más impactos negativos que positivos sobre los colombianos. Ojalá la Navidad les sirva para repensar y superar la idea de que en Colombia no hay nada y empezar a construir sobre lo construido. Nos iría mejor a todos.