El mecanismo de camuflaje en los pulpos necesita cumplir al menos 3 puntos para ser eficiente: cambiar su forma, cambiar su color y cambiar la textura de su piel.
DIARIO DEL HUILA, MEDIO AMBIENTE
Los cefalópodos son un grupo de animales que se caracterizan por presentar “pies en la cabeza”, lo que les da la apariencia icónica del taxón. Estos organismos poseen una gran diversidad de aspectos y habilidades. Un ejemplo de ello son las células pigmentarias que cambian la forma y el color de los pulpos u otros cefalópodos.
Los pulpos son verdaderos artistas del engaño, pues sus increíbles habilidades les permiten esconderse con gran eficacia. A esta capacidad de camuflaje se le denomina cripsis y consiste en imitar las características de su ambiente para ocultarse. Sigue leyendo este espacio y descubre cómo le hacen los pulpos para cambiar de forma y color.
¿Cómo le hacen los pulpos para cambiar su forma y su color?
De manera formal, la habilidad que usan los pulpos para cambiar su forma y su color se conoce como cripsis. Se parece mucho al mimetismo, con la diferencia de que el animal que la lleva a cabo intenta parecerse a su entorno y no a un ser vivo. Gracias a ello, estos animales son difíciles de hallar a simple vista, pues pasan gran parte de su tiempo escondidos ante los depredadores.
La estructura física de los pulpos no les provee algún medio específico para defenderse de sus depredadores. Su cuerpo carece de garras y en su mayoría está formado por músculos, lo cual le hace imposible enfrentarse de manera directa con cualquier enemigo. Por esta razón, han optado por desarrollar mecanismos complejos que les permitan permanecer ocultos.
Puede leer: Falleció Eliecid Ávila, concejal de Tuluá que sufrió atentado en plena celebración de año nuevo
¿Cómo cambian de color?
El mecanismo que realiza el cambio de color en los pulpos se compone de un conjunto de pigmentos (cromatóforos) y varias células reflectoras (iridióforos). Por un lado, los cromatóforos funcionan como una bolsa que contiene una gran cantidad de pigmentos básicos (amarillo, rojo y marrón), los cuales no se combinan entre sí.
Los cromatóforos están rodeados de muchos músculos y nervios que controlan su forma. Cuando se expanden, los pigmentos tienen espacio para emitir su coloración, de manera que en conjunto producen el cambio de color en la piel del pulpo. De hecho, este efecto se asemeja mucho a lo que sucede con los píxeles en una foto, en donde cada pigmento aporta su color para producir la tonalidad final.
El único problema es que para que los pulpos puedan producir cualquier color hace falta el azul. Dicho pigmento no forma parte de los cromatóforos, pero lo solventa con la presencia de otras células conocidas como iridióforos. Estas células funcionan como un tipo de espejo, según su posición, son capaces de reflejar la luz y producir una tonalidad particular. Gracias a ello, el pulpo complementa la función de camuflaje sin problema.
¿Cómo cambian la forma de su cuerpo?
Como se mencionaba, la mayor parte del cuerpo de los pulpos está compuesta por músculos. Esto es lo que ocasiona que su apariencia sea bastante débil e incluso escurridiza. Sin embargo, dicha característica juega un papel importante en su camuflaje, pues con los mecanismos correctos, es capaz de contraer su cuerpo y formar texturas.
Visto de otra manera, para cambiar la apariencia de su cuerpo necesita contraer sus músculos con una gran precisión y mantenerlos así durante un tiempo. Dicho proceso permite que su cuerpo se curve, se mantenga estático o modifique la apariencia de su piel, solo para parecerse a su entorno. De este modo, los pulpos pueden adoptar casi cualquier forma del ambiente marino.
Le puede interesar: Hermano de Piedad Córdoba se declaró culpable de narcotráfico en Estados Unidos