Desafortunadamente es recurrente que en las fiestas de fin y comienzo de año se registren tragedias que enlutan a las familias en fechas en las que debe reinar la alegría. La pólvora, el consumo irresponsable de licor y la imprudencia de quienes van al volante son algunas de las causas del pico de muertos y heridos que se presenta en esta temporada. Sobre los accidentes de tránsito, los medios de comunicación difunden diariamente sobre los accidentes que se presentan en las vías del país, producto de la impericia e irresponsabilidad de las personas que van al volante. Necesariamente hay que evitar que se presenten estas noticias luctuosas que en la mayoría de los casos dejan víctimas fatales, lesionados y daños materiales. Mañana se inicia el Puente de Reyes, para lo cual se hace un llamado para que los conductores asuman responsabilidades para que todos lleguen y regresen sanos y salvo, sin ningún contratiempo a sus hogares.
Las carreteras de nuestra quebrada geografía son de sumo cuidado. No se pueden desconocer los esfuerzos que buscan frenar la accidentalidad. Las autoridades han lanzado planes de seguridad vial, para lo cual se han movilizado más 6.000 uniformados a lo largo de 266 tramos en 12.400 kilómetros de vías por las que se desplazan cerca de 10 millones de vehículos durante las festividades de fin e inicios del presente año nuevo. Estos controles y acompañamientos policiales siempre serán de gran utilidad, sobre todo en épocas de mayor tráfico. Pero hay que acatarlos y respetarlos. Y, en todo caso, la responsabilidad recae primordialmente en los conductores. Si bien una falla mecánica puede ocasionar un accidente, es vital respetar a cabalidad todas las normas de tránsito, en especial la del límite de velocidad, no adelantar en curva o no conducir en estado de embriaguez. De igual forma es importante revisar el vehículo antes de iniciar el viaje. En el regreso a casa son vitales los controles, pero la responsabilidad es de quien va al volante.
Este fin de semana es el puente festivo de Reyes Magos. Las familias colombianas regresan a sus lugares de residencia. Serán cientos de miles de vidas las que se movilizarán por carretera y un número similar quienes los estarán esperando. El propósito, que debe estar en la conciencia general, es que todos lleguen a salvo, sin ningún contratiempo en las vías. Y es cuando hay que enfatizar mucho más el principio de responsabilidad y la prudencia al volante, que definitivamente salva vidas. Más que nunca se debe aplicar aquella oportuna frase italiana de Chi va piano va lontano. ‘El que va despacio llega lejos’. Se trata de pensar en los ocupantes del propio carro y en los de los demás vehículos. El regreso exitoso a los hogares es la mejor forma de comenzar el año.