Por: Alfonso Vélez Jaramillo
Los alcaldes y jefes de las entidades territoriales colombianas, no tendrán otra alternativa que hacer cumplir la ley en materia de control al consumo en espacios públicos de sustancias sicoactivas, como la marihuana.
Muchos alcaldes se hacen “los de la vista gorda” por motivos de conveniencia y para evitar el desgaste político y obviar problemas a futuro en las siguientes campañas.
Como dijo alguien “los marihuaneros son bastantes en todas partes y ellos también votan”.
En ese orden, ya no es raro ver a todas horas fumar marihuana en las calles y zonas verdes de cualquier lugar colmado de público afectado por el característico y cada vez más popular y penetrante olor de la “marimba” cuando la consumen verde en cigarros, por adicción.
Ojo… no me refiero a la marihuana que consumen de manera privada con fines medicinales, recreativos o médicos, lo digo por los consumidores callejeros que casi siempre están asociados a actividades que generan malestar y un clima de inseguridad y de zozobra entre la población, son muy visibles en parques y cerca de los centros educativos.
Neiva no es la excepción y con mayor razón tratándose de lugares considerados emblemáticos y de gran afluencia de público, como nuestro Parque Santander.
Este parque antes era la sala de recibo y orgullo de la capital huilense, convertido hoy en un fumadero de marihuana y otras sustancias asociadas al delito y la prostitución a cielo abierto, sin control de las autoridades.
Advierto en este parque también hay gente buena y sin vicios, especialmente pensionados y algunos desempleados.
En el Parque Santander dejaron coger fuerza a los consumidores, por consiguiente, a los expendedores, que ya no respetan y lo hacen delante de todo el mundo, pero las personas pasan con cierto temor.
En el parque Santander hay hombres, mujeres y niños desafiando y generando una percepción de inseguridad, e inclusive, ya da miedo atravesar el parque a cualquiera hora del día.
A finales del año pasado tenté el tema y señalé que debía ser el primer decreto del nuevo alcalde German Casagua y de inmediato salieron algunos ceroferarios que todavía están en campaña, a contradecir sin fundamentos.
Este decreto que el pedí al alcalde ya está siendo adoptado en diferentes ciudades del país, indicando que no estaba equivocado cuando me adelanté.
El Decreto Legislativo No. 029 de 2023, que regulariza el cannabis de uso adulto y ordena otras disposiciones relacionadas con el servicio de salud y el saneamiento ambiental, les ordena a los alcaldes determinar y controlar el porte y consumo de sustancias psicoactivas no reguladas y prohibidas, en sus respectivas jurisdicciones.
Esta restricción excluye la de prescripción médica y la destinadas para usos científicos o de investigación, siempre y cuando cuenten con las licencias otorgadas por la autoridad competente.
De manera que de ahora en adelante el alcalde German Casagua debe expedir normas relacionadas con el control de cannabis y lógico otras substancias, restringiendo el consumo y la comercialización en espacios públicos, zonas comunes como los parques y entornos escolares.
Debe ser una herramienta con dientes para que la fuerza pública pueda actuar sin obstáculos ni temores de ser acusados de violar la norma o quebrantar los derechos humanos a la población con una relación problemática con sustancias psicoactivas y a su familia o a las redes de apoyo,
Las entidades territoriales gozan de autonomía para la gestión de sus intereses dentro de los límites constitucionales y legales para ejercer las competencias que les correspondan.
De manera que mi amigo German Casagua y los alcaldes de Pitalito, Garzón y La Plata, ya tienen la herramienta jurídica para devolverle a los ciudadanos la tranquilidad generada por el uso de sustancias sicoactivas como la marihuana y el bazuco, manos a la obra.