Por: Jorge Eliseo Cabrera Caicedo
Nos está costando mucho trabajo a los colombianos entender la política oficial de ser permisivos, complacientes y benevolentes con los grupos alzados en arma y con toda clase de criminales.
Esta semana, el analista Alfredo Rangel la llamó: ¨Los apaciguadores frente al crimen y al narcotráfico¨. Califica así a: ¨Los gobernantes que creen que tratando con delicadeza a los criminales, cediendo ante sus pretensiones, liberándolos de culpa ante sus crímenes al considerarlos víctimas de una sociedad injusta, dándoles gabelas y evitando confrontarlos los van a convencer de que por las buenas abandonen sus actividades delictivas, y se sometan a la legalidad para disfrutar en ella todas sus riquezas mal habidas¨. Es una clarísima visión de la actual situación en Colombia, y un fiel reflejo de las gravísimas consecuencias que ha tenido esa política en Ecuador y en México.
En efecto, en el Ecuador se dejó de perseguir el narcotráfico por 10 año, se indultaron miles de narcotraficantes y se demandó a Colombia por la fumigación de los cultivos de coca en la frontera. Los resultados están a la vista: “El fortalecimiento y la multiplicación de las bandas criminales y la explosión de violencia y la inseguridad que hoy vive Ecuador tienen ese origen: “El apaciguamiento frente al crimen y el narcotráfico”.
Igual sucede en México con el presidente López Obrador en donde las bandas criminales y el narcotráfico “Ejercen el control de territorios y poblaciones enteras”.
Advierte Alfredo Rangel que ante la actitud “Blandengue y benevolente de los gobiernos, los criminales aprovechan la situación, engañan con falsas promesas de Paz, arrepentimiento y de abandono de sus actividades criminales, y se siguen fortaleciendo y enriqueciendo a manos llena aprovechando que los gobiernos bajen la guardia, satisfechos al cree solucionado el problema”.
Finalmente, el autor hace una severa crítica al gobierno actual de Colombia por la actual política de “Apaciguamiento frente al crimen”.