La intensa ola de calor en Colombia impacta fuertemente en sectores como el agro y la energía. En el Huila, se observan aumentos significativos en los precios de alimentos. Respecto a la represa de Betania, Enel asegura que, por ahora, el nivel se mantiene en un 70%.
Diario del Huila, Economía
El año 2024 ha comenzado marcado por una ola de calor que ha superado históricos en varias ciudades y regiones del país, generando graves consecuencias económicas. Sectores como el ganadero ya anunciaron pérdidas que superan los $122.000 millones, y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) alerta que febrero será aún más caliente, con 977 municipios en riesgo por amenaza de incendios.
La directora general del Ideam, Ghisliane Echeverry, explicó que estamos en la temporada seca, agravada por el fenómeno de El Niño, lo que ha intensificado las condiciones más secas de lo normal en regiones como la Orinoquía, Andina y Caribe. Este fenómeno no solo afecta el clima, sino que también tiene un impacto directo en la economía del país.
El Producto Interno Bruto (PIB) de sectores cruciales como el agro y la energía se reduce hasta un 0,5% y 0,6%, respectivamente, durante las épocas de El Niño. Esta disminución se debe principalmente a la baja productividad de los cultivos y a la reducción en los niveles de los embalses debido a las altas temperaturas.
Precios de alimentos
Las consecuencias se reflejan en los precios de los alimentos, con afectaciones notables en cultivos como el fique, yuca y palma de aceite, que sufren estrés hídrico. La ganadería, especialmente la especializada en leche, experimenta entre un 35% y 40% menos de producción debido a la escasez de forraje. Esto se traduce en subidas de precios en derivados lácteos como el queso.
En el contexto específico del Huila, Surabastos, el principal centro de abastos del surcolombiano, ha divulgado la lista de precios actualizados de diversas frutas y verduras que experimentaron incrementos significativos. Según la entidad, se observan alzas notables en el costo de la fresa, que alcanza los 60 mil pesos por caja de 8 kilos, la granadilla a 120 mil pesos por canasta de 15 libras, y la mandarina a 85 mil pesos por 25 kilos.
En lo que respecta a las verduras, se han registrado aumentos en productos como la cebolla cabezona, el frijol verde, la papa pastusa, el tomate chonto y la yuca. En el caso del plátano llanero, lamentablemente, su disponibilidad ha llegado a agotarse.
Para el caso de los abarrotes, se evidencia un alza marcada en productos como el arroz de primera, el aceite, el chocolate, el frijol, los garbanzos, la lenteja, el maíz trillado, la panela, el trigo, entre otros. Estos incrementos en los precios de productos básicos y de consumo frecuente impactan directamente en el bolsillo de los consumidores, generando una situación que merece una atención cuidadosa por parte de las autoridades y los sectores involucrados en la cadena de suministro.
Fedegan reportó la muerte por calor de 8.879 bovinos entre diciembre de 2023 y enero de 2024, con pérdidas que superan los $16.000 millones. Aunque se espera una temporada de precipitaciones en marzo, expertos señalan que no será suficiente para revertir los daños ya causados.
Poca producción de leche
El presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche, Analac, Felipe Pinilla, explicó que el fenómeno de El Niño está generando una sequía más intensa de lo normal. Desde el cuarto trimestre de 2023 hasta la fecha actual, las condiciones de sequía se han acentuado significativamente. Pinilla destacó que en pocos días se ha observado un menor crecimiento, lo que se traduce en una disminución tanto en la cantidad como en la calidad del pasto disponible para la ganadería.
Adicionalmente, se prevé que el precio de derivados lácteos como el queso y el yogur también experimente un aumento, en concordancia con la reducción en la producción de leche.
Costo de la energía
Los servicios públicos también se ven afectados, ya que la escasez de lluvias ha provocado una disminución del 10% en los niveles de los embalses en tan solo 24 días, pasando del 70,2% al 60,2%. El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, reconoció que la generación de energía enfrenta dificultades, aunque asegura que cuentan con suficiente capacidad para enfrentar la crisis.
“Las mayores dificultades la vamos a tener en la generación de energía, efectivamente los embalses han venido bajando y lo que esperamos es que no tengamos dificultades de razonamiento energético. El ministro de Minas está convencido de que tenemos la suficiente capacidad para enfrentar el fenómeno”.
Según los datos proporcionados por el Operador del Sistema Interconectado Nacional, XM, el nivel combinado del embalse del sistema eléctrico alcanzó el 60,07% del volumen útil para el 24 de enero de 2024, generando una alerta en caso de que descienda al 55%.
Estas cifras, en comparación con diciembre de 2023, revelan una disminución de casi el 10%. En dicho mes, el nivel agregado del embalse se situó en el 70,2% del volumen útil, marcando una diferencia de 4,61 puntos con respecto al nivel reportado en noviembre (74,81%).
En relación con la Represa de Betania, la empresa multinacional Enel ha señalado que, hasta el mes de enero, el nivel del embalse ha permanecido por encima del 70%, indicando que, por el momento, no hay escasez en la fuente hídrica.
Alertas
Por su parte, el presidente Gustavo Petro ha anunciado la preparación de un decreto para abordar la emergencia, permitiendo la movilización de recursos para atender la crisis. La atención se centra también en los incendios forestales, con mayor amenaza en el centro de las regiones Andina y Caribe, así como en la Orinoquía, especialmente en los departamentos de Vichada y Meta.
Con 586 alertas rojas, 245 alertas naranjas y 121 alertas amarillas hasta el 23 de enero, las autoridades se encuentran en alerta máxima, buscando estrategias para enfrentar la situación y mitigar sus impactos económicos y sociales. La situación demanda una acción inmediata y coordinada, no solo para hacer frente a la emergencia actual, sino también para implementar medidas a largo plazo que fortalezcan la resiliencia de estos sectores clave frente a eventos climáticos extremos.