Los libros de Julia Navarro, Javier Moro, Simon Sebag Montefiore, Andrea Wulf y Hisham Matar.
DIARIO DEL HUILA, CULTURA
Estos son los libros para ingresar a los universos narrativos de los españoles Julia Navarro y Javier Moro; del inglés Simon Sebag Montefiore, de la alemana Andrea Wulf y del estadounidense, de ascendencia libia, Hisham Matar, invitados estelares al festival.
Una historia compartida. Con ellos, sin ellos, por ellos, frente a ellos
Julia Navarro
Una manera reduccionista de ver este interesante libro, sería decir que es un alegato feminista, tiene de dónde, pero es muchísimo más, es todo un libro de Historia y de pequeñas biografías, todas de extraordinarias mujeres que han brillado en los campos en los que se han desempeñado, jugando un laudable papel histórico, a lo mejor desconocido para montones de personas.
Como buena escritora y novelista que es, la célebre autora de Dispara, yo ya estoy muerto, nos emociona con su ingente pesquisa sobre mujeres de fuste, algunas de ellas provenientes de la ficción literaria (caso de las del primer capítulo, “Entre el mito y la realidad”) verdaderamente fascinantes.
El desfile de celebres mujeres de tenor épico – mítico incluye, por ejemplo a: Casandra, Nefertiti, Hipatia, Marie Curie, Simone de Bouvoir, Simone Weil (se le quedó por fuera otra Simone ¡adivinen cuál!); Hannah Arendt (¿Cómo iba a faltar?), Susan Sontag; Santa Teresa y Sor Juana; Juana de Ibarbouru (por lo cual tendría que haber incluido a Alfonsina Storni, pero no pidamos tanto); Anna Ajmátova ( no se le hubiera perdonado no incluirla) y Marina Tsvetáieva; Murasaki Shikibu (acierta al decir que es la primera novelista, porque mucha gente lo ignora y mucha gente, inclusive del mundo académico, no lo creería); Mary Shelley y otras tantas que incluyen a las del Nobel de literatura.
Libro importantísimo para clases de Historia, de cultura y de Estudios de género, que debería ser incluido en los programas y/o planes de lectura de bachillerato.
Magníficos rebeldes (Taurus)
Andrea Wulf
Hermoso libro donde los haya es este que contiene la historia maravillosa de cómo se gestó la gran revolución espiritual e intelectual que hizo de la nación alemana (unificada no en lo político, pero sí en lo cultural) la potencia cultural del siglo XVIII.
Con un amplio dominio de ese género llamado biografía intelectual (con ribetes de novela histórica) la autora de un laudable libro sobre Alexander von Humboldt, nos muestra lo que significó para la Historia de la filosofía, de la ciencia, de la educación y de la literatura, la convergencia en la pequeña ciudad de Jena (pero con más universidades que toda Europa junta) de pensadores de la talla de Goethe, Schiller (su alter ego), los Humboldt, los Schlegel, Fichte, Schelling, Novalis, Hegel (es que parece una enumeración inverosímil) y una mujer (bastante comparable a Mary Shelley) que fue una especie de genio en la sombra, Caroline Böhmer-Schlegel-Schelling, la responsable en buena parte de que las obras de Shakespeare fueran conocidas en Alemania:
“August Wilhelm traducía y Caroline escandía los versos para que fueran musicales […] Era la primera traducción en verso de las obras de Shakespeare al alemán […] Las traducciones de August Wilhelm y Caroline se siguen considerando, en la Alemania de hoy, canónicas. Gracias a ellas, August Wilhelm Schlegel se hizo célebre y los alemanes adoptaron a Shakespeare como poeta nacional.”
El inmenso volumen de Wulf no deja nada por fuera desde el punto de vista histórico, porque hasta permite ver cómo las fuerzas napoleónicas irrumpieron, no sólo en Alemania, sino en aquella ciudad en la que Goethe exhibía habilidades de patinador cuando el invierno congelaba las aguas del río; ciudad en la que los poetas se volvían filósofos y los filósofos poetas, todos eran maestros y discípulos entre sí (así no fueran siempre amigos) y todos hicieron por lo que Hegel llamó el avance del espíritu, auspiciados por el gran invento de Fichte, el Ich, el yo, que vino a reemplazar el invento de Platón, o sea, el alma.
El regreso (Salamandra)
Hisham Matar
Diecinueve años tenía Hisham cuando su padre desapareció. Han pasado veinticinco desde entonces, y, por supuesto, las esperanzas de que aparezca vivo o muerto se desvanecieron hace rato. ¿Cómo sobrevivir a semejante incertidumbre? Solo desarrollando una forma de resiliencia por medio de la escritura y también con haber llevado al ámbito metafísico esa desaparición, en un proceso de reflexión que, visto de buena manera, es una negación de la muerte:
“Afirmaciones como ´Está muerto´ carecen de precisión. Mi padre está muerto y vivo al mismo tiempo. No tengo una gramática para él. Está en el pasado, en el presente y el futuro.Creo que aunque le hubiera tomado la mano y la hubiera sentido aflojarse al exhalar su último aliento, cad vez que me refiera a él, todavía haría una pausa para buscar el tiempo verbal adecuado. Sospecho que muchos hombres que han enterrado a sus padres sienten lo mismo.”
Hisham encontró también acicate para seguir adelante con su vida y no sucumbir a la pena, en la última frase que a guisa de clave dejó su padre en un cuento que escribió: “Decidí trabajar y sobrevivir”.