ALFREDO VARGAS ORTIZ
Orgullosamente Docente Universidad Surcolombiana
Doctor en Derecho, Universidad Nacional de Colombia
Quienes hemos tenido la oportunidad de vivir en otro país o de viajar al exterior, gozamos de la coyuntura de despertar ese sentimiento nacionalista y patriótico por nuestro país, de amor profundo; y sobre todo, de valorar cada centímetro del mismo: la calidez de nuestra gente, los sabores de nuestra comida, la variedad de nuestros climas, la multiplicidad de paisajes que inspiran a poetas, escritores y aventureros de todas las latitudes que, sin lugar a dudas, reconocen que en efecto somos el país de la belleza. Países como Francia, España e Italia, dentro de los primeros lugares en el mundo en materia de turismo, han hecho de sus riquezas naturales, culturales y arquitectónicas una verdadera industria, y por ello el turismo ocupa una porción muy importante del PIB (Producto Interno Bruto) en sus economías.
Es claro que es mucho lo que tenemos que aprender de estos países, pero también lo que tenemos que aprender de regiones de nuestro país que unidas en torno a una causa común, han hecho del turismo un verdadero dinamizador de sus economías. Medellín y Antioquia en general, el Eje Cafetero, Barranquilla, Santa Marta, Cartagena han demostrado que con organización y liderazgo se puede lograr ser destinos turísticos de talla mundial. El Huila es un verdadero paraíso por descubrir y tenemos enormes potencialidades para ser un destino turístico que mueva el turismo interno e internacional. Para ello es necesario unirnos en torno a crear destinos y experiencias inolvidables que unan a varias empresas y territorios en rutas que integren todos los elementos de las cadenas turísticas, dejando a un lado los egos y pensando cómo piensan en otras latitudes: «si a usted le va bien, a mí también».
Los gobiernos nacional, departamental y municipal deben confluir en acciones que tiendan a mejorar la infraestructura turística. Las vías hacia la zona urbana y rural son el principal obstáculo para el desarrollo del turismo. Se requiere hacer verdaderas inversiones que permitan que el turista pueda acceder sin dificultades a los distintos destinos, sin enfrentarse al deterioro actual de la malla vial. Es igualmente importante la señalización y adecuación de sitios de orientación turística desde el aeropuerto, el terminal y en zonas estratégicas que permitan orientar al turista. Y la recuperación de espacios como el malecón del Río Magdalena, que desafortunadamente está asediado por los habitantes de calle y por la contaminación ambiental.
Así como la nación está invirtiendo en publicidad con la promoción “del país de la belleza”, el departamento y cada municipio deben hacer lo propio invirtiendo en campañas promocionales en otros idiomas, promocionando por todos los medios de comunicación a nuestro hermoso departamento. La seguridad debe ser una prioridad, pues podemos tener excelentes destinos, pero si no se garantiza la seguridad perderemos una gran oportunidad de crecer en este renglón. El Huila merece ser un departamento seguro y de ello son responsables todos los organismos de defensa y seguridad, pero sobre todo los mandatarios locales, que deben liderar las estrategias que sean necesarias para garantizar que las personas se sientan verdaderamente seguras. Una porción bien importante es el avance que igualmente logre el gobierno nacional con los distintos grupos armados para que lleguen a un buen acuerdo y cesen el secuestro, la extorsión y la violencia que afectan sustancialmente la imagen de nuestros territorios.
Para finalizar, es indispensable promover el bilingüismo en toda la cadena de turismo. El aprendizaje de una segunda lengua es fundamental para abrirnos al mercado internacional sin miedo, y es igualmente importante que el Departamento del Huila también pueda ser un destino turístico para el aprendizaje del español para extranjeros. Con todos estos elementos, podremos cambiarle la cara al Huila y ser un destino turístico de talla mundial, consolidando el país de la belleza.