Por: José Eliseo Baicué Peña
El periodista, personaje de gran importancia en el rumbo de las regiones, de los países, de los estados, debe caracterizarse por tener absoluta libertad de informar, sin cortapisas, sin límites en su expresividad, en su manera de ver y de analizar la noticia, de presentar sus crónicas, de vivenciar la problemática social, sin embargo, esa libertad depende de muchos factores.
En un país como Colombia, político por excelencia, el periodista tiene que afrontar muchos obstáculos y aunque se diga que no, existe mucha censura a la prensa.
Qué decir de la iglesia, intocable, con fuero especial, con capacidad en los púlpitos para acabar con la carrera de cualquiera, o con las fuerzas militares, que no aceptan otra versión que la suya, inclusive con la clase social dominante, cuyo dinero alcanza para acallar las voces discordantes y para comprar conciencias.
Este panorama, lamentable por excelencia, es parte de la cotidianidad. Aquí la ética es acomodada, la moral existe solo en la concepción unipersonal. Es imposible realizar un periodismo crítico, de avanzada, en donde no están dadas las condiciones.
Cuántos periodistas han caído por las balas asesinas, solo por presentar una verdad irrefutable. Es que la ética también va de la mano con la verdad, decir la verdad es ético, las verdades a medias se convierten en mentiras y la mentira hace parte de lo malo, de lo inmoral. Pero cuando la verdad duele, se convierte en motivo de crítica, y se aprovecha para colocar en la picota pública a quien la esgrime como un acto de libre opinión.
Hoy se asiste a un mundo globalizado, donde los medios de comunicación y, en especial, los periodistas, juegan un papel muy importante en el desarrollo de la sociedad. El periodista es un vocero del pueblo, pues, hace que sus inquietudes y necesidades se plasmen en artículos y demás documentos, con la finalidad de difundirlos y de que puedan encontrarse alternativas de solución.
Son muchos los que están convencidos de que la función del periodista radica solamente en entregar datos e informar sucesos de última hora. Pero, como ustedes muy bien lo saben, el periodismo va mucho más allá de eso. El periodismo de altura pasa por el estricto concepto de verdad y de oportunidad.
Ernest Hemingwey, aseguró que ser periodista es buscar la verdad de los hechos, escribirla sin opinar y divulgarla claramente para que los ciudadanos no sólo se informen, sino que se orienten y puedan construir opinión sobre el contexto en el que viven. Y, todo eso, genera desarrollo y progreso de la ciudadanía.
¡Felicitaciones a todos los periodistas colombianos¡