Luis Humberto Tovar Trujillo
Es irrenunciable al hacer este escrito, no citar las célebres frases, de la inmolada expresidente Fanny González Franco de nuestra Corte Suprema, la verdadera suprema, que fue masacrada por el narcoterrorismo, en esa época por el M19, mismo revivido el pasado 8 de febrero, con un ingrediente adicional, la narco presidencia del M19, cuando dijo: “Muero pero no me doblego”.
La coincidencia macabra de ser la misma organización, el autor del mismo episodio, donde se involucra la misma víctima, la Corte, el mismo victimario, con fines de obtener ilícitamente decisiones de la Corte para favorecer intereses de la delincuencia, en el primer episodio, la destrucción de los expedientes que involucraban la extradición de los narcotraficantes que se habían tomado el país, haciendo terrorismo, y en este último episodio, la búsqueda de un fiscal que, comprometido con el ocultamiento y absoluciones de la familia presidencial, por sus asquerosos comportamiento antes, y en ejercicio de la dirección del estado.
¿Coincidencia? La misma victima con los mismos victimarios.
Definitivamente debemos entender que la misión de ese grupo convertido en victimario de la Corte, hacen pensar en una deliberada misión de legitimar el delito, su impunidad.
Me gusta, la solidaridad de las instituciones y partidos en respaldar la rama judicial, ojala la Corte entienda que esa solidaridad es en defensa de su dignidad, majestad e independencia, que en muchas oportunidades ha flaqueado, siendo inferior a los retos institucionales que se le han confiado, y entienda la grandeza de su responsabilidad institucional con que deben actuar, ajenos totalmente a inclinaciones rastreras de la politiquería.
Si se trata de la coincidencia feliz, en defensa de esa majestad y esa grandeza institucional de la Corte, esta debe declararse impedida para decidir sobre la elección de fiscal, con base en la terna actual, por la potísima razón del atentado de que fueron víctimas, para buscar torcer la voluntad institucional a favor de los torcidos intereses aupados desde la misma presidencia, y por las vías de hecho.
En consecuencia, también por esa misma grandeza y majestad, que incluye su independencia sagrada, deben devolver esa terna a su originario, exigir modificarla en su totalidad, y liberarla del asqueante interés proclivemente delincuencial del presidente, porque su proceder es de ese tamaño, según los dictados de los expresidentes de Colombia sin Santos y Samper, pero con los grandes de la comunidad internacional.
Esa la razón adicional para que siendo esa terna el motivo del atentado a la Corte, debe ser devuelta, conminando al presidente de no generar, incluso con sus aliados delincuenciales de sus bodegas, pagadas con dineros de los contribuyentes, generando eso sí, golpes de estado contra nuestras instituciones, desde la misma dirección del estado, autogolpes, muy proclives en dictaduras comunistas.