Alfonso Vélez Jaramillo
A propósito de la elección de Cali como sede de la próxima Conferencia sobre la Biodiversidad Biológica COP 16, ojalá la oposición colombiana se sintonice y tenga la grandeza de reconocer este acontecimiento como favorable a todos los colombianos. Aquí no debe existir egoísmo político.
Tampoco debe haber política partidista, ni luchas internas por poder, porque la defensa del medio ambiente necesita de la intervención y el acompañamiento de todos, sin distinción de colores partidistas.
Nos favorecemos todos: liberales, conservadores, verdes, Polistas, Cambio radicalistas, cívicos, y de cualquier otro partido, de los sin partido y del desprevenido ciudadano, a quien no se le pasa por la cabeza que es el cambio climático con sus causas y consecuencias, el mayor desafío que enfrenta el ser humano para su supervivencia.
Seamos claros, no esperamos actitudes como las de paloma, las cabales ni de Uribe, el nietro de Turbay, si no bajan la guardia porque tienen vendados sus ojos y su atención adaptada solo con lo material y lo político, dedicados a destruir todo lo que haga el gobierno, la mayoría de veces sin razón en nada. Esto no es político.
La COP 16, es una buena oportunidad para Colombia entera, porque aquí se tomarán las decisiones más importantes del mundo buscando soluciones a los problemas críticos y plantear soluciones para detener y revertir la pérdida de naturaleza para los próximos años.
Sería bueno que la clase dirigente política, empresarial y las fuerzas vivas, inclusive los medios, hicieran un alto en el camino y bajaran la guardia ya que se les ve lanza en ristre, preparados para criticar y arremeter cualquier actividad del gobierno, requeridos por la visible y sistemática acción de la oposición organizada.
La Conferencia de las Partes (COP 16) congregará en Cali entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre de 2024. la discusión y la negociación más importante del Convenio sobre la Diversidad (CDB) Biológica de las Naciones Unidas.
En este evento, se espera que los representantes de unos 200 países discutan sobre la conservación de la diversidad biológica, su uso sostenible y la participación justa y equitativa de sus beneficios procedentes de la utilización de los recursos.
Es decir, la atención mundial estará centrada en Cali, particularmente en Colombia, que tiene registradas 67 mil especies de fauna y flora amenazadas por los depredadores, y especialmente porque con este evento convierten a Colombia en guía con capacidad de liderar un planeta sostenible.
La biodiversidad se afecta no solo por los cultivos y la minería ilegal, sino de muchas otras actividades que impliquen la tala y desmonte de tierras para proyectos agrícolas y ganaderos que involucren el desmonte de tierras, la eliminación de tierras húmedas y la eliminación de la vida silvestre, proyectos hidroeléctricos y la desviación del agua, inclusive, la sobrepoblación humana.
Los retos ambientales para Colombia, como país anfitrión, son grandes. El presidente debe presentar sus avances en estos dos años de administración, esta ha sido la bandera de su gobierno y durante la conferencia debe asumir ambiciosos planes para la defensa de biodiversidad, si quiere convertir a Colombia en Potencia de la vida, eso no se lo puede quitar nadie.
