Son muchos los huilenses que cuentan los días para que lleguen las festividades de San Pedro. No está mal hacer una pequeña pausa en nuestras vidas y disfrutar un poco de estas festividades. Sin embargo, el departamento del Huila es mucho más que esas fiestas, mucho más que la última semana de junio de cada año, que esa tradición heredada de los españoles y que desde hace varias décadas adoptamos como nuestras.
Los huilenses deberíamos llevar hasta el rincón más escondido del planeta el mensaje de lo que representa el Huila. Allí alzar la bandera blanca, amarilla y verde y usar la camiseta de nuestro Atlético Huila con el orgullo más grande que se pueda sentir por haber nacido aquí, por ese himno que cada vez que lo escuchamos nos eriza la piel.
Cuando queramos gritarle al mundo que estamos orgullosos de ser huilenses recordemos esas montañas verdes llenas de café, el desierto sin igual, las hermosas mujeres, la diversidad cultural de cada municipio y toda la gente buena de origen opita.
A donde quiera que vayamos vale la pena contar que esta tierra de promisión es cuna de escritores y músicos, de deportistas y grandes empresarios; del asado huilense; el sombrero suaceño; las achiras; la cola Cóndor; de empresas de transporte ejemplo en Colombia. El Huila es ejemplo de cooperativismo y verraquera.
El departamento del Huila es cultura ancestral con su Gaitana, el Parque Arqueológico de San Agustín. Nuestro departamento es oportunidad de desarrollo para miles de familias cafeteras que en los campos dejan todo por su cultivo. Este lugar hermoso del sur de Colombia es la oportunidad para los empresarios que han decidido entrar en el negocio de la tilapia, el arroz o ganadería. Es el lugar de las oportunidades, el que puede convertirse en el punto de partida para el cambio que necesita nuestra nación. Por esto y más, el Huila es mucho más que San Pedro.
