Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa
Aunque no visito tan frecuentemente mi terruño, hoy reconocido como destino turístico gracias a la inventiva de algunos pobladores de esta hermosa localidad del centro oriente del departamento del Huila, no soy ajeno a lo que allí sucede, pues muchos de mis grandes y apreciados amigos aún residen en esta bella cabecera municipal.
El tema político es un asunto álgido del que poco quisiera hablar, pero es necesario abordar algunos temas que tienen que ver con el estado actual de este municipio, sobre todo en lo relacionado con la administración del mismo.
En octubre de 2023, el pueblo giganteño eligió nuevamente como máxima autoridad de esta jurisdicción al ingeniero Josué Manrique Murcia, quien ostentó esta misma dignidad en el periodo comprendido entre los años 2016 y 2019, terminando su mandato con una excelente gestión y ejecución. Las obras hablan por sí solas.
Durante la primera oportunidad en la que Manrique Murcia orientó los destinos de esta hermosa región rica en café, cacao, ganado, plátano, frutas, entre otros productos del primer sector de la economía, se inició el despliegue de una serie de acciones que hacen parte de una estrategia para convertir al pueblo de Mirtayú y de Matambo, en el primer destino turístico de este territorio surcolombiano, objetivo que se ha venido alcanzando de manera significativa, lo cual ha generado importante dinámica económica para esta tierra.
También se comenzaron a erigir barrios y ciudadelas, que se construyeron con el propósito de mejorar la calidad de vida de los lugareños; ante esa realidad no hay discusión, de hecho, los habitantes de la capital cacaotera del Huila se pronunciaron en las urnas y lo aclamaron nuevamente como alcalde municipal, iniciando nuevamente una magnífica gestión, ratificando sus condiciones de ejecutivo, humanista y líder visionario.
Pero no todo ha sido color de rosa, al burgomaestre Josué “Che” Manrique no le ha quedado nada fácil tomar las riendas de esta administración puesto que su antecesor se encargó de enredar el proceso de empalme, e inicio del nuevo gobierno, pensando más en sus mezquinos egos, como producto de sus frustraciones, que en el municipio del que como todos saben no es oriundo.
Como primera medida, el ex mandatario no dejó las llaves de las puertas del edificio municipal, es decir que el nuevo alcalde junto a sus colaboradores no pudo ingresar a éste, algo que pasó de ser un desplante a ser una payasada. Luego de dar parte a las autoridades, por fin pudieron entrar y se encontraron con unos computadores desbalijados de información, lo cual se convirtió en otra talanquera.
Pero eso es superable, sin embargo, al revisar las empresas públicas del municipio “EMPUGIGANTE”, se hallaron unos estados financieros preocupantes, pero, además, aparentemente se encontraron con que el alcalde saliente, logró que la junta directiva aprobara una modificación de los estatutos para dejar nombrado a un gerente de su acomodo, burlando la autoridad del nuevo gobernante, una desfachatez desde todo punto de vista. Y eso no es todo.
De todas maneras, los giganteños todos, tenemos confianza en que el ingeniero Josué Manrique con sus capacidades y competencias, logrará encausar nuevamente al municipio, llevándolo por senderos de progreso y desarrollo.