Ha surgido la necesidad de “sensibilizar a todo el mundo, tanto a profesionales como a pacientes” sobre esta enfermedad.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
El riesgo de padecer una enfermedad renal crónica (ERC), y su potencial evolución hacia una terapia renal sustitutiva mediante diálisis y/o trasplante, está presente en una tercera parte de los pacientes con diabetes tipo 2 y se asocia con una reducción estimada de entre 6 y 10 años en la esperanza de vida de los afectados, según tres profesionales de la salud se han reunido en la jornada ‘Enfermedad renal crónica y diabetes tipo 2: ¿Cómo mejorar la atención a pacientes?’, organizada por ALCER y Europa Press en colaboración con Bayer.
Los expertos han señalado que la detección precoz de la ERC es una prioridad sanitaria de primer orden para establecer estrategias de prevención de la progresión a estadios más avanzados de la enfermedad y de sus complicaciones.
“El riñón hace muchas cosas, muchas más de las que sabemos o de las que creemos”, ha detallado Fernández. Así, además de las alteraciones vasculares, la experta ha advertido de su relación con otras patologías, entre las que destacan insuficiencia cardíaca; riesgo de padecer anemia; astenia o patologías óseas. Y, en el peor de los casos, puede derivar a enfermedad renal terminal, y, en consecuencia, ha advertido la doctora Flora López, de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), el paciente puede acabar en diálisis o en trasplante.
Para evitar esta situación, el presidente de la Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón (ALCER), Daniel Gallego Zurro, ha señalado la necesidad de que “el paciente diabético sepa que está ya en riesgo de tener enfermedad renal crónica si no la tiene ya”, al tiempo que ha lamentado que estos pacientes no sean “conscientes de la gravedad” de tener está “doble carga”, que obliga al paciente a aprender a vivir de otra manera.
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Principales barreras y claves para su detección
Durante el encuentro, los distintos ponentes han querido poner en valor la importancia de la concienciación sobre la salud renal en la población, así como la identificación activa; la formación de los profesionales en el control y seguimiento de las complicaciones renales de la diabetes; la necesidad de protocolizar el abordaje clínico; y fomentar el papel activo del paciente.
“Tenemos pruebas de diagnóstico, sencillas y económicas, y tenemos herramientas para tratarlas”, ha añadido la médico de familia y miembro de los grupos de trabajo de Diabetes, Gestión del Medicamento, Inercia Clínica y Seguridad del Paciente de SEMERGEN, Flora López.
No obstante, ha incidido en la necesidad de “sensibilizar a todo el mundo, tanto a profesionales como a pacientes”, como una de las principales claves de la enfermedad, ya que necesitan “un paciente mucho más empoderado” que “reclame asistencia”.
En esta línea, el presidente de ALCER ha señalado la importancia de incluir el perfil de diabético renal en la Atención Primaria para ofrecer una formación a los expertos del área, así como establecer con las administraciones que se realice “un screening o detección precoz siempre”, en estos pacientes.
“Hay que poner a los pacientes en todos los Comités de Salud y en todas las estrategias que se hagan, porque a veces los profesionales dan las noticias y los pacientes les contamos la verdad. No es lo mismo conocer el camino que andar el camino”, ha añadido reivindicando la voz del paciente dentro de un abordaje integral y holístico.
Por su parte, la experta en Nefrología ha afirmado que son necesarias “medidas de concienciación desde el ámbito ministerial o desde el ámbito de las comunidades autónomas, también a pequeña escala”, con “pruebas baratas”, como la de la albuminuria que es un marcador de daño renal y de riesgo vascular.
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