En diálogo con Hora 20 de Caracol Radio, Emmanuel Colombié, director de Reporteros sin fronteras para América Latina, detalló que la pandemia aceleró la censura y la desinformación hasta un 73% en más de 130 países.
Colombia, cuarto caso más grave en América Latina
Colombié resaltó que la tendencia de violencia contra la prensa en la región no cambia en Colombia ya que se registran los problemas de violencia más caracterizados contra los periodistas y que esto resulta en “agujeros negros de la información”.
Hay “temas intocables, regiones donde los comunicadores no pueden entrar como la ruralidad o zonas fronerizas con Venezuela y Ecuador. (…) Los periodistas que trabajan temas de conflictos armados, corrupción, políticos que se relacionan con grupos armados y problemas medioambientales sufren presiones, intimidaciones y actos de violencia”.
La prensa sufre el virus de la censura
El director de Reporteros sin Fronteras para América Latina lamentó que “la principal vacuna contra el virus de la desinformación, siendo el periodismo, está total o bloqueada en el 73% de los países analizados”.
Emmanuel Colombié detalló que desde el inicio de la pandemia, muchos gobiernos aprovecharon el caos para aumentar la censura y silenciar las voces críticas independientes de su gestión.
Presidentes que desacreditan la prensa
Emmanuel Colombié detalló que en su tiempo viviendo en Brasil ha comprobado de primera mano cómo los ataques a periodistas que denuncian la corrupción y el actuar de los grupos delincuenciales resultan en amenazas, violencia y hasta asesinatos.
A esto se suma que, desde que Jair Bolsonaro llegó a la presidencia, el mandatario ha impulsado “un discurso que intenta desacreditar el trabajo y la confianza en la prensa ubicándolo como el enemigo del pueblo”.
Preocupación constante en la región
En América Latina se destaca casos como Cuba, Venezuela, Nicaragua y México como los países donde los ataques fuertes contra el periodismo hacen que la tarea de los comunicadores se vuelva una profesión de alto riesgo a lo que se suma una “deterioración general de las condiciones de trabajo”.
A su vez, Colombié resalta que los países que están al final de la clasificación como Corea del Norte, Afganistán, Turquía o Rusia presentan características similares en las que se destaca la dificultad para trabajar como periodista, la escasez en acceso a la información y la carencia de infraestructuras para adelantar trabajos periodísticos.