DESHOJANDO MARGARITAS
Por Margarita Suárez
En el mundo taurino existe el cotilleo, que no es otra cosa que el chisme o la habladuría. El término surge observando los comentarios sobre el romance entre Luis Miguel y su novia Paloma, que cobra actualidad porque ahora se habla de boda. Este idilio tiene sus raíces en lo que pasó hace cinco años cuando se produjo el rompimiento de una de las parejas aparentemente más estables del mundo taurino, quienes después de 24 años de matrimonio y dos hijas, comunicaron que se separaban. Nos referimos al diestro Enrique Ponce y su esposa Paloma Cuevas, hija del ex torero, empresario y apoderado Victoriano Cuevas, cuyo nombre artístico era Victoriano Valencia. El cotilleo inicial fue pálido al lado de lo que pasó después cuando Ponce presentó la razón de su rompimiento, una joven 26 años menor que él, de nombre Ana Soria. Era tanta la “traga” del torero que antes de iniciar el paseíllo, en dos plazas dibujó en la arena con su pie derecho la letra A, en un gesto dirigido a Ana. Lo criticaron tanto que no lo volvió a hacer. Entretanto Paloma, hoy de 51 años, pasó calladita el aguacero, hasta cuando apareció su amigo de toda la vida, el cantante Luis Miguel, dos años mayor que ella. Ambos estaban solos y fluyó el amor. En el verano de 2022 comenzaron los rumores de su relación que algunos pensaron sería fugaz teniendo en cuenta los antecedentes de la vida romántica del artista. El panorama también se complicaba porque Luis Miguel y Enrique no solo son compadres, sino que eran íntimos amigos. De hecho, cuentan los artistas del cotilleo, que los cuatro protagonistas de esta historia coincidieron en un restaurante y Enrique se enfureció cuando Luis Miguel se acercó a saludarlo. Paloma “vuela” al lado de Luis Miguel para acompañarlo en muchos de sus conciertos. Su amor parece haber transformado al cantante, quien a pesar de la infinidad de parejas que ha tenido y tres hijos, nunca se ha casado y esta vez parece estar decidido a llevar a Paloma al altar. Ella es diseñadora de modas y empresaria, con dos hijas que atender: Paloma y Bianca, de 16 y 12 años, respectivamente. Difícil acomodar su rutina de madre y empresaria con la agenda de Luis Miguel. “Que se casan, se casan”, dicen los cotilleos. El amor lo puede todo.
