Po: Santiago Ospina
Como un Sanjuanero en un San Pedro lluvioso, los bancos centrales continúan ajustando sus pasos al compás de una economía aún afectada por la pandemia.
Desde la Reserva Federal de EE.UU. hasta el Banco de Japón, los directores más influyentes buscan orquestar el crecimiento y la estabilidad necesaria para armonizar las economías globales.
La FED, en su rol protagónico dentro de la económica global, ha mantenido un paso suave desde el incremento de sus tasas en julio de 2023. Por el momento no estima una disminución considerable en las tasas, y al mantener estas en equilibrio, los norteamericanos quieren desarrollar una comparsa donde la generación de empleo crezca en simultaneo con la estabilización de los precios, evitando el aumento de ritmo de la inflación.
Del otro lado del Atlántico, el Banco de Inglaterra analiza moderar su ritmo con el fin de estimular la economía. Como un experto que planifica con detalle su próximo paso en un fino bolero, los ingleses quieren evitar perturbar el equilibrio de la inflación actual que afecta gran parte del Reino Unido y algunos vecinos en Europa.
En el extremo sur del continente africano, el Banco Central de Sudáfrica se enfrenta al mismo desafío inflacionario. Para contener la inflación y tras unos años de políticas estrictas consecuentes de la pandemia y la fluctuación del costo de materias primas relevantes para su economía, el organismo ha decidido no ceder a la presión del sector privado y actuar con cautela, evitando apresurarse con cambios en las tasas que puedan generar a la postre más inestabilidad.
Finalmente tenemos al Banco de Japón, quien para mi es como ese solista de música clásica que incursiona ya con canas en un género moderno y en tendencia. El banco japonés ha incrementado sus tasas por primera vez en 17 años dejando atrás su política de intereses negativos. Con esta decisión, se apuesta por una estrategia económica actualizada que busca establecer un camino sólido y progresivo hacia el futuro.
Para nosotros los dolientes indirectos de este escenario económico mundial, comprender las comparsas de los principales directores de orquesta es esencial. Sus decisiones, muchas veces desconocidas por los ciudadanos de a pie, afectan desde el precio del café que tomamos cada mañana hasta el valor de las remesas que cientos de colombianos reciben diariamente.
En este volátil baile de cálculos y políticas, cada movimiento influye en nuestro día a día mucho más de lo que imaginamos, sobre todo en la forma en que manejamos nuestras economías domésticas y nuestro ahorro. Únicamente actualizándonos acerca de esta información que se renueva día a día, podemos entender a profundidad los mercados y validar si es el momento o no de realizar ciertas inversiones y gastos.
Con el aroma de una taza de café huilense los saludo,