Todos los gremios del departamento han lanzado un S.O.S. a las autoridades para contrarrestar la oleada terrorista que se ha desatado en los últimos meses en el Huila, por la presión ejercida por las organizaciones narcoterroristas que han vuelto a hacer presencia en esta región desde que asumió la presidencia el primer mandatario de los colombianos Gustavo Petro Urrego. Hemos sido reiterativos que el proceso de debilitamiento de la Fuerza Pública y del Ejército Colombiano, han creado las condiciones propicias para que se generen estos episodios de terror, que tienen en jaque a la dinámica productiva del país y a las familias colombianas. Por este motivo nuestro departamento ha retrocedido cinco lustros en materia de seguridad ciudadana, así digan lo contrario los áulicos del gobierno nacional. Es la cruda realidad que está viviendo el territorio huilense. Cada vez crece el club de inconformes y de arrepentidos, por el accionar gubernamental que está provocando ese ambiente de incertidumbre social y económica en los empresarios y nuestros hogares.
Las oficinas que cumplen ilegalmente funciones similares a la Dian, que han creado estas organizaciones criminales en las montañas, están presionando para que los empresarios y personas naturales contribuyan a través de extorsiones con este tributo ilegal, para seguir financiando el actuar de estos depravados que se sienten cómodos y como parásitos viviendo del esfuerzo y sudor de las personas que con dedicación contribuyen al crecimiento y fortalecimiento de la economía nacional. Son risibles las expresiones del presidente de la República y de su gabinete cuando expresan su actuar gubernamental antes las comunidades indígenas y otras organizaciones comunitarias, donde justifican su incapacidad, ineptitud, y su arrogancia buscando justificar el incumplimiento de las promesas que esbozaron en la jornada electoral. Parecen que estuvieran gobernando para los extraterrestres y para la preservar la vida en el cosmos. Deben aterrizar a la vida nacional. Ya es hora de que muestren resultados y dejen de echarle la culpa a sus antecesores.
Por este motivo es plausible el clamor que han lanzado los comerciantes del Huila, para que la Fuerza Pública y el Ejercito Nacional, les brinde seguridad y protección a sus establecimientos comerciales, que se encuentran inermes y a la voluntad de la criminalidad. Urge una mayor respuesta del Estado para contrarrestar este accionar terrorista. No podemos cederle espacios a los violentos. Toda la ciudadanía debe respaldar a las autoridades. Hay que reconocerle al gobernador Rodrigo Villalba Mosquera su interlocución ante las instancias nacionales para fortalecer a los organismos de seguridad con más integrantes a la Fuerza Pública y para fortalecer la inteligencia su aparato militar. Deben ser más ofensivos y dejar de ser defensivos como lo han sido en otrora. Son necesarios los diálogos con estas organizaciones narcoterroristas, pero el Estado no puede perder su soberanía militar y el control del manejo del orden público.
