Por: Aníbal Charry González
La quimérica e imposible paz total que ha propuesto el presidente Petro en un país sumido en la violencia y la corrupción imparable como idiosincrasia nacional desde los albores de la República, sirve hasta para que los corruptos que han sido condenados como el exsecretario de Cultura Luis Fernando Rosas, le hayan planteado al primer mandatario un proyecto de amnistía y perdón político para personas condenadas por corrupción, extendido a sectores políticos, militares y sociales que no hayan sido señalados por delitos de lesa humanidad, para lo cual se entregarían facultades al Presidente para otorgar perdón judicial “en los casos en que este beneficio contribuye de modo fehaciente a los fines de la política de paz total”: que de ser aprobado en un congreso contaminado por la corrupción, conduciría literalmente a la impunidad total.
Porque de ser viable este Frankenstein de impunidad, se consignaría que “el efecto del perdón así concedido será la anulación de las condenas y sanciones judiciales y el archivo de las investigaciones en curso, así como el restablecimiento de los derechos políticos”, agregando además que “las personas que sean objeto de perdón tras su participación en delitos contra la administración pública y el erario resarcirán lo que se robaron o se perdió”. Que no son propiamente lagañas de mico como todos lo sabemos por boca de los organismos de control, sino de billones que nunca devolverían los corruptos, que de ser amnistiados para dejarlos libres de polvo y paja y restablecidos en sus derechos políticos, estarían listos a seguir haciendo, producto de la impunidad total, lo que mejor saben hacer, que es robar el tesoro público para su enriquecimiento ilícito.
El ciudadano decente enterado de esta propuesta de catedral de la impunidad so capa de la paz total, pasmado dirá: que desfachatez la de los corruptos que son legión en el sector público y privado actuando en tándem, que constituye la auténtica tragedia de este país anegado en corrupción como parte del oscuro paisaje asaltando los recursos públicos como ha ocurrido con la salud y la alimentación escolar, demostrativo de que no hay solución posible para esta descaecida sociedad, ni con unos ni con otros, ambos convertidos en ladrones vitalicios del erario, que ahora pretenden obtener patente de corso permanente con un perdón judicial para seguir robando en total impunidad hasta el fin de los tiempos con sucesivos perdones que nos lleven a la paz total, pero de los corruptos y delincuentes de toda laya.
No dudo que en un congreso minado por la corrupción producto de un sistema político electoral nauseabundo y de un sistema penal hecho a su medida para robar al Estado, ese esperpento que se propone pueda tener viabilidad, cuando un proyecto de endurecimiento de penas para estos delincuentes no ha sido aprobado, que sería lo pertinente para luchar contra la corrupción generalizada, incluyendo penas hasta de cadena perpetua sin concesiones ni rebajas a los que tanto daño causan a la sociedad, antes que amnistía y perdones que solo contribuirán a la impunidad total, lejos de la paz total.