A medida que los caficultores del Huila aguardan con ansias la llegada de las lluvias, también enfrentan desafíos significativos derivados del fenómeno del ‘Niño’. Armando Bermeo de Dignidad Agropecuaria destaca la importancia de estas precipitaciones para la recuperación del sector agrícola.
Diario del Huila, Primer Plano
El departamento del Huila enfrenta desafíos significativos en su sector agrícola debido al impacto del fenómeno del ‘Niño’, que ha causado pérdidas considerables en la producción. Según Armando Bermeo, representante de Dignidad Agropecuaria en la región, en la zona sur del Huila se estima un daño del 40% en la producción agrícola, mientras que en el norte este porcentaje aumenta al 60%.
A pesar de la preocupación por la sequía, Bermeo enfatizó la importancia de la llegada de las lluvias para la recuperación de la producción agrícola. La esperanza se centra en que las lluvias puedan aliviar la situación y ayudar a revitalizar el sector.
En relación con el paro cafetero, Bermeo destacó la necesidad de reformas en la Federación de Cafeteros para fortalecer la caficultura colombiana, aunque expresó su desacuerdo con la idea de paralizar las actividades.
Asimismo, en cuanto al tema de seguridad en el gremio, Bermeo subrayó que es responsabilidad del Estado garantizar el orden público, sin embargo, la preocupación persiste en el sector ante la falta de acciones concretas por parte de las autoridades.
Con la llegada anticipada de las lluvias y la necesidad de reformas en el sector agrícola, Dignidad Agropecuaria busca enfrentar los desafíos actuales y asegurar la sostenibilidad del campo huilense.
Manifestaciones con poco eco
Los caficultores que llevaron a cabo protestas, marchas y bloqueos de carreteras han anunciado que, si el gobierno nacional no responde a sus demandas, están dispuestos a iniciar un paro indefinido.
Carlos Arturo López, portavoz de la Unión de Cafeteros de Colombia, enfatizó que tanto el gobierno como la federación han ofrecido solo palabras y promesas vacías en lugar de acciones concretas en beneficio de los caficultores que actualmente enfrentan pérdidas en su producción.
El balance del reciente paro cafetero fue considerado positivo, con miles de agricultores participando en diversas protestas en todo el país.
Este evento ha dejado claro que el gremio cafetero rechaza ser instrumentalizado políticamente, y ha resaltado la necesidad urgente de renovar la Federación para evitar su posible desaparición. La sociedad civil también ha expresado su hartazgo ante la falta de soluciones concretas y las continuas decepciones.
López criticó duramente las declaraciones de la Ministra de Agricultura, quien afirmó haber asignado tres billones de pesos a los caficultores. Según él, el gobierno está malgastando estos fondos al prestarlos a tasas de interés exorbitantes, lo que resulta en condiciones financieras desfavorables para los productores de café. Además, señaló que, a pesar de los anuncios sobre el plan de estabilización del café, los caficultores continúan enfrentando pérdidas significativas y no ven ninguna ayuda real por parte del gobierno.
Advirtió que, si no se atienden las 13 demandas presentadas en Bogotá, se podría iniciar un paro nacional indefinido. Enfatizó la necesidad de acciones concretas por parte del gobierno y la renovación de la Federación para evitar más engaños y manipulaciones, concluyendo con una advertencia sobre las consecuencias de no cumplir con las demandas de los caficultores.
Precios justos
De acuerdo con Dignidad Agropecuaria a nivel nacional, a pesar de los esfuerzos del gobierno por desalentar las protestas lideradas por los caficultores de base en el Huila, la Unión Cafetera, Dignidad Agropecuaria y Dignidad Cafetera, más de 3000 productores se congregaron en vías y plazas públicas para hacer oír sus demandas.
El repunte reciente en el precio interno del café, impulsado por problemas en la cosecha vietnamita y la urgencia de los agricultores por recoger granos averanados para obtener ingresos, no ha disuadido a los caficultores de exigir cambios significativos en el sector.
El pliego de peticiones presentado al gobierno incluye demandas clave como un precio justo para el café, acceso a créditos de fomento, solución a los problemas de deudas, subsidios para la compra de insumos y la reparación de las cooperativas afectadas por compras a futuro.
Además, solicitan la revisión del catastro multipropósito, la constitución de una mesa por la Verdad Cafetera y la reestructuración de la Federación Nacional de Cafeteros, entre otras medidas.
Los caficultores de varios departamentos, incluyendo Antioquia, Caldas, Quindío, Risaralda, Tolima, Valle, Cauca, Santander y Huila, lideraron estas protestas de manera pacífica y civilizada.
En respuesta, los líderes de la protesta instan al gobierno a establecer una mesa de concertación con las organizaciones convocantes y otras interesadas en fortalecer la caficultura nacional. Advierten que continuarán la lucha hasta lograr soluciones concretas que garanticen una vida digna para los productores y el desarrollo sostenible del sector.
¿Por qué protestan los cafeteros?
Los caficultores salieron a las calles en protesta, argumentando una profunda crisis en el sector debido a la falta de atención por parte de la Federación Colombiana de Cafeteros y los gobiernos anteriores y actuales, liderados por el presidente Gustavo Petro.
Una de las principales demandas de los caficultores es la estabilización y aumento del precio de venta del café, que continúa siendo considerablemente bajo en comparación con los costos de producción. En consecuencia, exigen que el gobierno active el Fondo de Estabilización de Precios del Café, el cual ya ha sido establecido por ley.
A pesar de la promesa del gobierno de poner en funcionamiento el fondo en mayo, persisten dudas entre los caficultores. Según el manual operativo para su activación, esta medida no entrará en vigor hasta que el precio de la carga de café descienda a 1’200.000 pesos colombianos, mientras que actualmente se sitúa en 1,6 millones de pesos. Esta incertidumbre genera preocupación entre los productores, quienes no tienen certeza sobre cuándo se implementará efectivamente esta medida.