Aníbal Charry González
A raíz del llamamiento a juicio del exsenador Álvaro Uribe que ha hecho la Fiscalía por los delitos de fraude procesal y soborno de testigos , muchos en este polarizado país de la impunidad, especialmente de expresidentes, han expresado su conmoción por haber llamado a juicio a un expresidente, lo cual obliga a precisar en rigor que dicho llamamiento que ha hecho la justicia ordinaria en este país sin memoria, no es propiamente a un expresidente por hechos punibles cometidos en el ejercicio de su cargo, sino al ciudadano y exsenador Álvaro Uribe, quien hizo posible dicho pronunciamiento al renunciar a su fuero constitucional en la Corte Suprema de Justicia quien lo investigaba como su juez natural por los delitos mencionados.
Luego, de acuerdo a lo anterior no hay tal juicio a un expresidente, pues como ya lo sabemos, los expresidentes tienen un régimen de impunidad, donde su acusador natural es la Comisión Legal de Investigaciones y Acusaciones de la Cámara de Representantes, más conocida como de Absoluciones, que como ya también lo sabemos, nunca ha acusado a un presidente o expresidente por graves que hayan sido los hechos punibles cometidos en el ejercicio del cargo, que tras su acusación por el Senado, le corresponde a la Corte Suprema juzgar al Presidente de la República o a quien haga sus veces, como lo dispone el artículo 199 de la Constitución, de tal manera que no podrá ser perseguido ni juzgado por delitos, sino en virtud de acusación de ésta índole.
Hecha esta precisión, queda claro que el expresidente Uribe propiamente no ha sido llamado a juicio como se cacarea después de haberle prestado “grandes servicios al país”, sino como exsenador que renunció a su fuero, pero él sí ha salido con todo su peso de tal a defenderse deslegitimando a la justicia como sabe hacerlo, para lo cual le fue concedida una excepcional alocución de más de 20 minutos por parte del noticiero CMI, donde de entrada manifestó mendazmente para la galería, “Me abren las puertas de la cárcel sin pruebas”, agregando que su caso ha sido motivado por “venganzas políticas”, prendiendo el ventilador para descalificar a sus juzgadores.
Y es que Uribe agregó en su defensa ante la opinión, que las cuestionadas fiscalías de Néstor Humberto Martínez y Francisco Barbosa, por intermedio de 2 fiscales anteriores “ambos de larga carrera judicial”, no habían encontrado mérito para acusarlo y que ninguno de los jueces del circuito a los cuales se hizo la petición decidieron cerrar su caso porque sí vieron suficiente evidencia para continuar su proceso. En suma, Uribe hablando de impedimentos éticos de los jueces que no pueden existir en un proceso penal, sino de impedimentos legales, deslegitimando marrulleramente su accionar, alzaprima la “justicia” de 2 fiscales que desconocieron pruebas de la misma Corte Suprema para tratar de cerrar su caso, sin aclarar que han sido 12 jueces entre plurales y singulares los que dijeron que sí había pruebas para que esté hoy en el banquillo como ciudadano exsenador. Las cosas en su sitio.
