La reciente decisión del Gobierno Nacional de evaluar la suspensión del cese al fuego con disidencias de las Farc ha generado inquietud en los departamentos del sur de Colombia, especialmente en Huila, Caquetá y Putumayo.
Diario del Huila, Primer Plano
Estas preocupaciones surgieron después de una serie de ataques perpetrados por grupos armados en regiones como el Valle del Cauca y Nariño, anunciados por el Gobierno el pasado 5 de abril.
La investigadora Juana Valentina Cabezas, del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), destacó la posibilidad de repercusiones devastadoras en estas zonas del país.
Durante los meses en los que el cese al fuego estuvo en vigor, se observó una marcada disminución de la violencia en departamentos como Caquetá, Guaviare, Meta y Putumayo. Sin embargo, la situación en el Cauca, Valle y Nariño ha sido alarmante, lo que condujo a la consideración de suspender el acuerdo.
Particularmente preocupante es la situación en el departamento del Huila, donde desde finales de 2023 e inicios de 2024 se ha evidenciado un incremento en la confrontación y el control territorial por parte de grupos armados. Este aumento de la violencia ha afectado gravemente el orden público, con acciones terroristas, amenazas y extorsiones.
Desde Indepaz, se hace un llamado urgente a apoyar la continuidad de las negociaciones y a establecer mecanismos de protección para las comunidades afectadas por la violencia de estos grupos armados. La división en la mesa de diálogo entre aquellos que abogan por continuar y aquellos que suspenden los diálogos con el Gobierno ha generado incertidumbre y preocupación en las poblaciones afectadas.
En medio de esta compleja situación, el Gobierno Nacional enfrenta el desafío de tomar decisiones que garanticen la seguridad y la protección de los ciudadanos, al tiempo que se busca avanzar en la construcción de la paz y la estabilidad en las regiones más afectadas por el conflicto armado.
Hay dudas
Una nueva incertidumbre rodea el acuerdo de cese el fuego con el Estado Mayor Central de las Farc, luego de que el Gobierno confirmara que alias ‘Iván Mordisco’, considerado el líder de estas disidencias, no participa en la mesa de negociación en curso.
Los bloques bajo su mando son precisamente aquellos con los que se suspendió esta medida en Nariño, Cauca y Valle, debido a múltiples incumplimientos. Expertos consultados por este Diario subrayan la complejidad de la situación y la necesidad de evaluar la continuidad del cese de hostilidades con este grupo en varias regiones o incluso a nivel nacional.
El jefe del equipo negociador del Gobierno en la mesa con estas disidencias, el exministro Camilo González Posso, informó el pasado martes que “las estructuras del EMC del Cauca no están presentes en la mesa (…) Iván Losada (el otro alias con el que se conoce a ‘Mordisco’) no está participando”.
González indicó que el proceso de diálogo continúa con el bloque Jorge Suárez Briceño y el del Magdalena Medio, pero que está “congelado” con otros sectores.
El 17 de marzo pasado, el presidente Petro suspendió el cese el fuego con las disidencias en los casos del Cauca, Nariño y Valle, tras el asesinato de una líder indígena y el ataque a dos miembros de la guardia indígena en el primero de estos departamentos.
Posteriormente, el Ejército reactivó operaciones contra esta organización en los mencionados departamentos, especialmente en el Cauca.
La decisión de suspender el cese el fuego en estos tres departamentos fue objetada por el Estado Mayor Central, y según lo trascendido, generó división: algunos frentes propusieron romper el acuerdo en todo el país para expresar su descontento con el Gobierno, mientras que otras facciones abogaron por mantener la medida y continuar con las conversaciones.
Esta división llevó a una reunión extraordinaria el 5 de abril en El Caguán (Caquetá), a la que asistieron Alexander Mendoza, alias ‘Calarcá Córdoba’, cercano a ‘Iván Mordisco’; Andrey Avendaño, cabecilla en el Catatumbo; así como representantes de la estructura Carolina Ramírez, activa en Putumayo.
En dicho encuentro no estuvieron presentes Sebastián Martínez, representante de los bloques y frentes de Cauca y Nariño, ni Willy Romero y Fernanda Briceño, representantes de Arauca.
¿Qué dicen los expertos?
Según León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación, las «disidencias fueron grupos que se pegaron con ‘babas’, que se juntaron para esta negociación y se unieron después de la desmovilización de las Farc, mucho después. Son personas que no tienen ninguna trayectoria política, son mandos medios que nunca tuvieron una importancia significativa en las Farc originales».
Valencia agregó que el Estado Mayor Central se conformó por 26 grupos en todo el país, formados apresuradamente, «con el propósito principal de narcotráfico y de participar en los negocios ilegales. Se juntaron de la noche a la mañana y ahora cada uno está yendo por su lado nuevamente, y el Gobierno no sabe qué hacer con todos esos grupos porque en realidad, lo que les ha otorgado son muchas concesiones, les ha ayudado a unirse, y ellos no han dado nada a cambio, solo dolores de cabeza y ataques a la población civil».
Indicó que el liderazgo de alias ‘Iván Mordisco’ se encuentra en el sur del país, mientras que aquellos que están en la mesa de negociación con el Gobierno «no representan a mucha gente porque son jóvenes, incluso improvisados en este tema de negociación. Si usted pregunta a los antiguos líderes de las Farc, la mayoría no los conoce».
Bajo estas circunstancias, el analista considera que el Gobierno enfrenta graves problemas, «incluso para identificar dónde es la pelea y dónde hay con quién negociar». Por ello, Valencia prevé que «esto terminará en una suspensión del cese con todos esos grupos, y lo que seguirá será el uso de la Fuerza Pública para llegar a todos esos territorios y avanzar en la subordinación de esos grupos, porque otorgarles más concesiones es brindarles más oportunidades de expansión y de causar mucho daño».