En un emocionante avance para la paleontología, se ha descubierto un tesoro fósil que arroja luz sobre el pasado acuático del norte de Sudamérica. Investigadores liderados por el paleontólogo Edwin Cadena, de la Universidad del Rosario, han desenterrado fósiles de tortugas gigantes, pertenecientes a la especie Puentemys mushaisaensis, en el municipio de Socha, Boyacá. Este sorprendente hallazgo, publicado hoy en la revista de la Asociación Paleontológica Argentina, PeAPA, está redefiniendo nuestra comprensión de los antiguos ecosistemas de la región, datados hace aproximadamente 57 millones de años.
Las tortugas, con una longitud cercana a los 1.5 metros, proporcionan pistas cruciales sobre la conectividad de los ambientes acuáticos en el pasado remoto. Hasta ahora, la especie P. mushaisaensis solo se había identificado en la Mina de Carbón el Cerrejón, pero su presencia en Socha indica una distribución más amplia de esta criatura prehistórica en el norte de Sudamérica. Este descubrimiento sugiere la existencia de un corredor faunístico durante el Paleoceno y Eoceno, facilitando la migración de vertebrados entre regiones costeras y continentales.
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El trabajo conjunto entre el paleontólogo Edwin Cadena y el líder comunitario de Socha, Byron Benítez, ha sido fundamental para esta investigación. Benítez, quien ha desenterrado la mayoría de los fósiles en la zona, ha colaborado estrechamente con expertos de Colombia y Estados Unidos, destacando el potencial de estas tierras boyacenses como un tesoro paleontológico.
Este descubrimiento no solo enriquece nuestro conocimiento sobre la historia natural de Sudamérica, sino que también subraya la importancia de proteger y preservar el patrimonio paleontológico del país. Con una serie de hallazgos recientes en el Departamento de Boyacá, esta región se posiciona como un destino clave para el turismo científico, promoviendo el reconocimiento internacional y la conservación de su invaluable legado prehistórico.
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