La profunda crisis social y económica en se encuentra sumida la sociedad colombiana y especialmente la huilense, porque no encuentran oportunidades laborales estables en los sectores público y privados, algunas familias se ven obligadas a colocar expendios de comidas en las diferentes vías de las ciudades. Neiva no es la excepción. En los últimos años, se han venido proliferando las ventas de alimentos en algunos sitios estratégicos que no están cumpliendo con las normas sanitarias establecidas por las autoridades del ramo. A lo largo de la zona urbana de esta localidad, se ubican algunos vendedores de comida, que expenden alimentos que no cumplen con los protocolos de higiene para ser adquiridos por los consumidores. Permanentemente las familias acuden a estos lugares por su facilidad para adquirir productos de dudosa procedencia para el consumo gastronómico y etílico, que comprometen seriamente su estabilidad de la salud y en muchas ocasiones les ocasionan dificultades orgánicas, porque empiezan a sufrir enfermedades gastrointestinales, que muchas veces terminan con efectos fatales con la pérdida de vidas humanas o que pueden desencadenar otra clase de desórdenes orgánicos.
Se pueden adquirir, bacterias de cuarta generación que son imposibles de combatir, dadas las condiciones precarias de nuestro sistema general de salud. Durante la temporada de la versión 63 del Festival en San Juan y San Pedro, se incrementan las ventas ambulantes dedicadas al ofrecimiento de la variada gastronomía de nuestra región surcolombiana. El problema es que no existen controles oficiales para exigirles calidad y aseo de los alimentos que se expenden al aire libre, los cuales se convierten en detonantes para que los consumidores presenten dificultades de salud al ingerirlos sin las debidas precauciones. Hay que destacar, que las autoridades sanitarias no poseen las suficientes capacidades institucionales comprometidos, para buscar que se cumplan con los protocolos de seguridad higiénica y que sus expendios no contribuyan a generar daños orgánicos en sus clientes que acuden diariamente a adquirir esta clase de alimentos y bebidas etílicas.
En estos tiempos modernos se nota la maldad y la pérdida de principios éticos de algunos vendedores, que, con el afán de desarrollar una actividad informal, no les interesa en nada el bienestar de la población al vender estos alimentos. Por tal motivo, se recomienda adquirirlos en lugares adecuados y que tengan unas condiciones de higiene que garanticen la salubridad de sus comensales. En muchas ocasiones la ingenuidad y buena fe para el consumo de alimentos para satisfacer sus demandas gastronómicas, pueden constituirse en el pasaporte a la muerte y en su defecto, en un aumento del gasto del sector de la salud para el Estado. Igualmente, la venta de licores de contrabando y de fabricación casera, están generando un alto riesgo para la salud de los consumidores de bebidas etílicas, por lo cual se recomiendan adquirirlos en expendios oficiales.