La entrega deficiente de alimentos escolares ha afectado a 229,000 estudiantes en Colombia este año, según revela un informe reciente de la Contraloría. La suspensión del Programa de Alimentación Escolar (PAE) en varias regiones del país ha generado preocupaciones sobre la falta de acceso alimentario para niños y adolescentes, destacando la necesidad de mejoras urgentes en la gestión y ejecución del programa.
DIARIO DEL HUILA, INFORME
Este año, según la Contraloría, aproximadamente 229,000 niños han sido afectados por la falta de entrega de alimentos escolares. Según un informe reciente de la Contraloría con fecha límite al 30 de mayo de 2024, cerca de 229,000 estudiantes no recibieron el servicio de alimentación escolar, de un total de 5.9 millones de niños, niñas y adolescentes beneficiarios del programa.
La Contraloría atribuye esta situación a la suspensión del servicio del Programa de Alimentación Escolar (PAE) en seis Entidades Territoriales Certificadas (ETC), que pueden ser municipios o departamentos. Entre las ETC con problemas destacan municipios como Titiribí, Argelia, Jardín y Yalí en Antioquia, donde el PAE se suspendió entre el 15 y el 31 de mayo de 2024, afectando a 3,474 estudiantes. Además, se informó que la contratación para el PAE Indígena en el Cauca está suspendida desde el 10 de abril de 2024, afectando a unos 65,000 estudiantes indígenas.
Otras novedades afectaron a estudiantes en Magdalena (3,664 estudiantes afectados), Huila (3,208 estudiantes sin servicio), y Bolívar, donde algunas zonas no han recibido el servicio desde el 28 de mayo de 2024, impactando a 153,499 estudiantes.
Luis Fernando Correa Serna, director de la Unidad de Alimentos para Aprender, explicó que los retrasos se deben a dificultades en la concertación con comunidades indígenas y otros desafíos operativos en diferentes regiones del país. A pesar de estos problemas, destacó que el programa ha beneficiado a 5.8 millones de estudiantes este año, alcanzando el 76.4% de cobertura en el sistema educativo oficial.
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Correa también mencionó que las dificultades específicas varían según la región. En Santa Marta, por ejemplo, aún hay 3,674 estudiantes indígenas esperando recibir el programa debido a los lentos avances en la concertación con las comunidades locales. En Huila y en el Cauca, las operaciones han enfrentado obstáculos adicionales que han afectado a decenas de miles de estudiantes.
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Además, la Unidad de Alimentos para Aprender ha destacado los esfuerzos por resolver estas problemáticas mediante colaboraciones con organizaciones como la iglesia católica, organismos humanitarios y Naciones Unidas. No obstante, reconocen la necesidad de mejorar los procesos de contratación y la coordinación con comunidades indígenas para reactivar y fortalecer la operación del programa en áreas afectadas.
En términos de fiscalización, la Contraloría ha identificado once hallazgos con incidencia fiscal relacionados con el PAE en auditorías recientes para la vigencia del 2023, con un valor de 4,181 millones de pesos. Estos hallazgos han revelado fallas significativas en la ejecución contractual, especialmente en el PAE Indígena en Nariño, así como deficiencias en las funciones de vigilancia y control del programa a nivel nacional.
Estas situaciones reflejan los desafíos persistentes que enfrenta el programa de alimentación escolar en Colombia, subrayando la importancia de mejorar la gestión y la coordinación entre las entidades involucradas para garantizar que todos los niños y jóvenes puedan acceder de manera efectiva a este importante servicio.
A pesar de los desafíos mencionados, la Unidad de Alimentos para Aprender ha destacado avances significativos durante el año en curso. Gracias a políticas implementadas bajo el Gobierno del Cambio, la cobertura del PAE ha aumentado en un 3% adicional, alcanzando un 79.4% al cierre del 2023. Esto significa que 5.9 millones de estudiantes fueron beneficiados con este programa crucial para combatir el hambre y apoyar el desarrollo educativo.
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El compromiso de la Unidad también se refleja en la publicación periódica de informes que detallan las alertas y preocupaciones identificadas en las operaciones del PAE. Estos informes se comparten tanto con entidades de control como con los operadores del programa, incluidas las Entidades Territoriales Certificadas, para abordar y resolver las dificultades que puedan surgir.
En términos de futuro, la Unidad de Alimentos para Aprender está enfocada en mejorar la coordinación con todas las partes involucradas, fortalecer los mecanismos de contratación y vigilancia, y garantizar que cada niño, niña y adolescente en Colombia pueda acceder de manera equitativa y oportuna al PAE. Este esfuerzo continuo es fundamental para asegurar que el programa cumpla con su objetivo de apoyar el bienestar y el desarrollo integral de la población estudiantil del país.
Además de los esfuerzos para mejorar la cobertura y la eficiencia del PAE, se han identificado áreas específicas que requieren atención urgente. Por ejemplo, la auditoría reciente de la Contraloría ha resaltado la necesidad de mejorar la ejecución contractual, especialmente en contextos sensibles como el PAE Indígena en Nariño. Estas evaluaciones subrayan la importancia de fortalecer los mecanismos de vigilancia y control para garantizar que los recursos destinados al programa se utilicen de manera transparente y efectiva.
En respuesta a estos desafíos, la Unidad de Alimentos para Aprender continúa trabajando en estrecha colaboración con las comunidades locales, organizaciones internacionales y entidades gubernamentales para identificar soluciones innovadoras y sostenibles. Esto incluye la exploración de nuevas formas de financiamiento y la implementación de tecnologías que faciliten una gestión más eficiente y ágil del PAE en todo el país.
Además, se está promoviendo activamente la transparencia y la rendición de cuentas a través de la divulgación pública de informes detallados sobre el estado y los avances del programa. Este enfoque busca no solo corregir las deficiencias identificadas, sino también fortalecer la confianza pública en la gestión de programas sociales críticos como el PAE.
En conclusión, aunque persisten desafíos significativos, el compromiso continuo con la mejora continua y la innovación en la gestión del PAE refleja un paso hacia adelante en el camino hacia la garantía de un acceso equitativo y efectivo a la alimentación escolar para todos los estudiantes en Colombia.
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