Por:
HAROLD SALAMANCA |
El proyecto de ley 201 de 2023, que introduce el derecho al olvido oncológico en Colombia, representa un avance significativo en la batalla contra la discriminación hacia las personas que han padecido el cáncer. Sin embargo, este avance, aunque importante, es solo un primer paso en una batalla más amplia por la dignidad y el bienestar de los pacientes oncológicos. Para garantizar una verdadera equidad, es imperativo no solo proteger a los sobrevivientes de cáncer en términos de acceso a seguros y servicios financieros, sino también extender esta protección a los pacientes en las fases activas del tratamiento, donde las amenazas no provienen exclusivamente de la enfermedad, sino entre otros del implacable sistema financiero.
El derecho al olvido oncológico propuesto prohíbe la discriminación basada en el historial de cáncer en la contratación de seguros y otros servicios financieros. Este derecho es un paso adelante, pero no aborda el tormento diario que muchos pacientes que pierden sus empleos o no pueden generar ingresos por su condición de salud y sus familias enfrentan durante el tratamiento. La presión ejercida por los cobradores de créditos, quienes no muestran compasión por las dificultades médicas y económicas, es devastadora, agravando el sufrimiento psicológico y físico de los pacientes.
La fundación SalBo lidera en Colombia los cambios legislativos que, harán más digna la vida de las personas diagnosticada con cáncer y sus familias. Entre otros tenemos la suspensión automática de obligaciones crediticias con el sistema financiero durante el tratamiento de cáncer. Esta medida permitirá que los pacientes se concentren en su recuperación sin el acoso inhumano de los bancos que, ignoran el impacto devastador del cáncer. Congelar los créditos y suspender los pagos de intereses hasta que los pacientes hayan completado sus tratamientos otorgará a los mismos la paz mental necesaria para enfrentar su enfermedad con tranquilidad.
Congelar los créditos, una política implementada en algunos países desarrollados, protegerá a los pacientes oncológicos de prácticas financieras abusivas. Esta protección estará acompañada de la prohibición de informes negativos en las centrales de riesgo durante el período de tratamiento, garantizando que los pacientes no enfrenten dificultades adicionales para reincorporarse económicamente después de su recuperación.
La implementación del derecho al olvido oncológico, junto con medidas de alivio crediticio, representará un avance significativo hacia una sociedad compasiva, donde la batalla contra el cáncer no se vea agravada por la insensibilidad del sistema financiero. Quiero escucharlos hsalamanca@fundacionsalbo.org