El pasado 26 de junio, la vida de la familia de Camacho Díaz sufrió un drástico cambio. Un cortocircuito en las instalaciones eléctricas de su hogar en la capital huilense, desató un incendio que consumió todas sus pertenencias y dejó a la familia sin nada. En cuestión de minutos, lo que había sido un hogar levantado con esfuerzo y sacrificio se convirtió en cenizas.
DIARIO DEL HUILA, NEIVA
POR: ALEJANDRO POLANCO
A las once y media de la mañana, del miércoles 26 de junio en plena festividades sanpedrinas mientras Sadaí Diaz se encontraba en una cita médica con sus dos hijas pequeñas, el fuego comenzó a propagarse en su apartamento ubicado en el barrio Oasis al oriente de Neiva. Su esposo Hernando Camacho quien fue alertado del incendio mientras trabajaba por una vecina. Hernando, con valentía, intentó sofocar las llamas, sufriendo quemaduras en el proceso. «Me pasaron una manguera, me eché agua completamente a mi cuerpo y traté de apagar el incendio», relató Hernando, explicando cómo luchó para salvar su hogar y proteger a los vecinos.
El incendio destruyó todo a su paso: muebles, electrodomésticos, herramientas de trabajo y los juguetes de las niñas. «Absolutamente todo fue quemado», lamentó Sadaí, detallando las pérdidas, desde el sofá y el televisor hasta las herramientas de mecánica de su esposo y su equipo de trabajo.
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Sadaí Díaz Forero en una entrevista exclusiva al Diario del Huila nos describió la magnitud de la tragedia: «Lamentablemente, todas las cosas que ven acá fueron con mucho sacrificio y fueron totalmente quemadas. Mi esposo fue el que se metió por el balcón, se quemó la cara, se echó agua junto con otro vecino que le ayudó a apagar el incendio». La situación es aún más angustiante cuando Sadaí narra cómo sus hijos pequeños perdieron todos sus juguetes y pertenencias, incluyendo un carro eléctrico que con mucho esfuerzo le habían comprado.
La Causa del Incendio
Según el reporte del cuerpo de bomberos oficiales de Neiva, arrojo que el origen del fuego fue un cortocircuito en las instalaciones eléctricas del apartamento. La familia había reportado repetidamente estos problemas al propietario del inmueble, sin recibir una solución efectiva. «Veníamos diciéndole que nos arreglara eso, pero siempre nos dejaba en espera», comentó Sadaí, subrayando la negligencia que contribuyó a la tragedia.
El día anterior al incendio, el propietario había hecho un último arreglo en la casa debido a un desagüe obstruido. «Nos dijo que todo estaba bien, pero se veían los cables despegados», añadió Sadaí, resaltando las condiciones alarmantes del inmueble. A pesar de la rápida respuesta de los bomberos, el daño ya estaba hecho. «Los bomberos nos dijeron que todas las ayudas económicas en que caso de ser dadas le llegan al dueño de la casa, no a los damnificados que somos nosotros», explicó Sadaí, resaltando la frustración de la familia ante la falta de apoyo directo.
La comunidad de Neiva ha mostrado un gran espíritu de solidaridad, ofreciendo ayuda en la medida de sus posibilidades. Vecinos y amigos han proporcionado ropa, alimentos y apoyo emocional, tratando de aliviar la carga de la familia afectada. «Hemos sobrevivido con la misericordia de Dios», expresó Sadaí, agradecida por el apoyo recibido.
Desafíos y Necesidades Urgentes
La familia compuesta por Sadaí Díaz Forero y Hernando Camacho Plazas junto a sus 3 pequeños hijos enfrenta un futuro incierto. Sin un hogar y con todas sus pertenencias destruidas, dependen de la generosidad de la comunidad y de cualquier ayuda externa que puedan recibir. Sadaí, manicurista de profesión, perdió todas sus herramientas de trabajo, mientras que Hernando, mecánico, también perdió sus equipos esenciales. Sus hijas, Dulce María y Daisy Yasmín, quedaron sin juguetes ni ropa.
Hernando Camacho Plazas explicó cómo se originó el incendio y las dificultades previas que enfrentaban con la vivienda. «Siempre nos dejaba en espera, nunca venía, se demoraba en contestar las llamadas», relató Hernando sobre el propietario del inmueble. A pesar de las múltiples solicitudes de reparación, las condiciones de la vivienda eran insostenibles. «El cable de gas que debería ir internamente a las paredes, estaba a simple vista», añadió Hernando, describiendo las fallas estructurales que contribuían al riesgo.
La comunidad ha iniciado campañas para recolectar donaciones y brindar apoyo a la familia de Sadaí y Hernando. Sin embargo, las necesidades son muchas y la ayuda todavía es insuficiente. «Estamos agradecidos por lo que hemos recibido, pero aún necesitamos del buen corazón de las personas para poder reconstruir nuestras vidas», mencionó Sadaí.
Sentimientos encontrados
Los relatos de Sadaí y Hernando son un reflejo del dolor y la desesperación que enfrentan. Sadaí describió cómo, al salir de su casa para una cita médica, su vida cambió en cuestión de minutos: «Salí a las 10 de la mañana de mi vivienda y le avisé a la señora Alba de la tienda del frente. A los 15 minutos que salgo, eso se prende en llamas». La rápida propagación del fuego dejó a la familia sin tiempo para rescatar sus pertenencias.
Hernando, por su parte, describió su lucha para apagar el incendio: “A pesar de mis esfuerzos, el fuego consumió todo a su paso, dejando a mi familia con solo los escombros de lo que una vez fue nuestro humilde hogar.
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La tragedia de esta familia es un recordatorio de la importancia de mantener instalaciones eléctricas seguras y de la responsabilidad de los propietarios de inmuebles en asegurar que sus propiedades no representen un peligro para los inquilinos. «Cuando vayan a arrendar un sitio, analicen bien que esté en buenas condiciones», aconseja Sadaí.
Además, esta situación pone en evidencia la necesidad de un sistema de apoyo más efectivo para los damnificados por desastres. La ayuda económica y de reconstrucción debe llegar de manera igualitaria a quienes han sufrido las pérdidas, no solo a los propietarios de los inmuebles que si bien también se ven afectados no son los directos damnificados.
El incendio que devastó el hogar de Sadaí Díaz Forero y Hernando Camacho Plazas ha dejado una marca imborrable en sus vidas. Sin embargo, su espíritu de lucha y la solidaridad de su comunidad les dan esperanza para reconstruir y seguir adelante. En medio de la tragedia, la familia ha encontrado fuerzas en su fe y en el apoyo de quienes los rodean destacando según ellos que los más importante es que están con vida y aun son jóvenes para comenzar de cero.
