Por: Carlos Tobar
“Un acuerdo nacional es necesario para cualquier constituyente”
Juan Fernando Cristo, ministro del Interior
Empiezo por dar mi acepción de serio: la persona que hace lo que dice. En este sentido los supuestos dirigentes de este país, son poco serios. Como dice un amigo que respeto, es difícil cogerlos en una verdad. Empezando por el presidente Gustavo: un sartal de mentiras.
Traigo a colación la frase del acápite porque ejemplifica, a cabalidad, la afirmación que acabo de hacer. No es seria la discusión insustancial abierta por el presidente Petro sobre la necesidad, en el actual momento, de convocar una asamblea constituyente, o convocar el “poder constituyente”, o la variación que se le ocurra sobre el tema, para, suponemos, sacar al país de la crisis que lo agobia.
Y, menos seria la actitud del nuevo ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, de hacerle el juego al globo de distracción del presidente, cuando hace pocas semanas afirmaba que la tal constituyente era un imposible político. Todo porque lo nombró ministro. No lo salva ni siquiera el galimatías con el que pretende justificar el globo presidencial: que será producto de un “acuerdo nacional”.
Un acuerdo nacional que nadie sabe sobre qué bases se hará, ni con quién o quiénes se conformará, aunque para amainar reticencias está afirmando que se convocaría en un gobierno posterior al actual, y que se sometería a todas las exigencias establecidas en la Constitución. ¿Esta afirmación la hace con autorización de su jefe?
Lo único cierto es que la discusión sobre la constituyente sucede cuando en el país todos los indicadores muestran el fracaso de las políticas de cambio del gobierno petrista. Estas distracciones constitucionales, como muchas otras, tratan es de ocultar que, por ejemplo, la corrupción es igual o peor que la de los gobiernos anteriores: o, como comparar los 70.000 millones de pesos que se ‘abudinearon’ en el gobierno de Iván Duque, con los 360.000 millones de pesos que se ‘olmedearon’ en el gobierno de Gustavo Petro.
O que, el fracaso de la “paz total” pasa por el fatídico dato del crecimiento de las masacres, los asesinatos de líderes sociales y firmantes de paz, el reclutamiento de menores, los desplazamientos masivos de campesinos e indígenas, …
O que, la crisis económica del gobierno es de tal magnitud que el propio ministro de Hacienda tuvo que salir a anunciar el recorte del presupuesto de este año en más de 20 billones de pesos (algunos expertos señalan que puede llegar a los 47 billones). Así como tuvo que reconocer que la ejecución presupuestal es ridículamente baja, en un país que necesita la inversión pública como un componente del gasto clave para la recuperación de un aparato productivo en franca decadencia.
De globos y farsantes está tupida la historia de Colombia. Otro caso más es la confirmación de esta triste regla.
Neiva, 08 de julio de 2024