Parapeto. – Por: Julio Bahamón
Son tantas las estupideces que a diario hace el gobierno nacional que hoy los colombianos tenemos un marcado sentimiento de desolación (destrucción) de la historia, memorias que muchas generaciones construyeron en 214 años de vida republicana. No es posible que todo el acervo realizado para levantar un país, en tantos años, ahora sea una sola persona la que tiene en mente, como propósito de gobierno, destruirlo todo.
Desde su posesión en el cargo, hace dos años, el presidente Gustavo Petro se ha dedicado, como tarea específica, a mentirle a los colombianos arengándolos para tratar de convencerlos de que todo lo que hay es malo y que él, es la única persona que podrá salvar al país, cuando lo que vemos es que, evidentemente, él ha sido el único presidente empeñado en acabar con los cimientos de nuestra democracia y del estado de derecho que nos rige.
Empodero a la guerrilla, al punto de que unos ministros, con el de hacienda Ricardo Bonilla a la cabeza, ( con él, estuvieron en “el conclave” los ministros del Interior Luis Fernando Velasco, de Trabajo Gloria Ramírez y el de Salud Guillermo Alfonso Jaramillo), quienes le ordenaron al señor Olmedo López “comprar congresistas”, por lo que el de hacienda no tuvo inconveniente en hacer cuantiosas asignaciones presupuestales por más de $108.000 millones de pesos a la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgos de Desastres, UNGRD, con destino a que le entregaran contratos al grupo narcoterrorista del ELN y también para que compraran legisladores. Es increíble creerlo, pero así lo denuncio su exdirector el señor Olmedo López en la diligencia llevada a cabo la semana anterior ante la H Corte Suprema de Justicia. Esa actitud se constituye en un delito de traición a la patria, pero además es un gravísimo crimen contra el patrimonio y un desfalco a la nación a cuenta del rector de la política de hacienda pública. Según el señor Olmedo López, el ministro de finanzas le ordeno hacer entrega de nuestros impuestos a los narcoterroristas del ELN. La gran pregunta que nos hacemos los colombianos es la siguiente: ¿Lo sabía el presidente Gustavo Petro?
Si lo sabía, de antemano es el responsable y determinador de las órdenes que dio el ministro de hacienda. Si no lo sabía, es un soberano majadero que está siendo burlado por sus ministros.
¿Cuál fue la respuesta del primer mandatario? Aprovechar la lánguida manifestación de apoyo a su reforma pensional para atacar a sus socios, al presidente del senado Iván Name señalado de haber recibido coimas, de la UNGRD por $3.000 millones de pesos, y a su colega de la Cámara el señor Andrés Calle quien recibió otros $1.000 millones de pesos. Es decir, los disparos entre bandidos es un común denominador dentro de la administración del Cambio. Eso ya se conocía. Según el mismo exdirector de la oficina de desastres, los dineros que se han embolatado en esa dependencia superan los $380.000 millones de pesos. ¿En dónde están los otros $376.000 millones de pesos?
Por cualquier lado que lo miremos, Gustavo Petro no representa la majestad de la república, representa al mayor entramado de corrupción de que tenga historia nuestra nación. Por tanto, lo inhabilita para seguir ejerciendo el cargo de presidente de la república. ¿Quién le pondrá el cascabel al gato?
