Al Pan, Pan…
Después de cinco días seguidos de protestas ciudadanas a lo largo y ancho del país; motivadas por las diferentes salidas en falso de un gobierno nacional desconectado de la realidad de su gente, tuvo que recular el Presidente Duque y terminar solicitando que se retirara el texto de la Reforma Tributaria que anteriormente había presentado ante el Congreso de la República.
Sin duda es una gran victoria, un triunfo parcial para todo el pueblo colombiano, que logró a través de la presión ciudadana y la valentía de miles de manifestantes que se tomaron las calles, tumbar una reforma que desde todas luces afectaría a todos los colombianos sin discriminar ningún estrato social.
Durante estos días los jóvenes fueron protagonistas en las marchas; muchos agotados ante las promesas incumplidas, los sueños rotos, la falta de oportunidades reales en un país que parece haber retrocedido al siglo pasado, se cansaron de los abusos por parte de quienes nos han gobernado por décadas sin mostrar ningún cambio real en Colombia y salieron a exigir mejoras por el país.
Creyeron tener todo controlado pero no contaban con que se metían con una generación que no le teme a nada. Una generación que no tiene casa propia, ni educación de calidad. Una generación que carece de empleo formal y de servicios fundamentales. Se metieron con una generación que está dispuesto a perderlo todo, sencillamente porqué nada tiene, pues hasta el miedo nos han quitado.
Desde que se hizo pública esta reforma, se sabía que no tenía ninguna opción de pasar en el Congreso. Por un lado por el clamor de millones de colombianos que exigían que retiraran ese adefesio impulsado por el Ministro de Hacienda Carrasquilla quien contra toda corriente quiso clavar a todos los colombianos.
Y por el otro, nuestros “Honorables” Congresistas ad portas de una campaña preelectoral para las elecciones de Senado y Cámara de Representantes no se iban a clavar el puñal ellos mismos. De haber existido una reacción inmediata por parte del gobierno, hubiéramos podido evitar todas las pérdidas económicas y humanas que ocurrieron durante las protestas.
Ahora lo que sigue para el Presidente Iván Duque después de salir derrotado en su proyecto más ambicioso e impopular, es hacer un llamado a los diferentes sectores y entre todos pactar una reforma que beneficie exclusivamente al pueblo colombiano y no a los poderosos como han pretendido. Mientras eso sucede, sería prudente que el Ministro Alberto Carrasquilla diera un paso al costado y renunciara a sus funciones. En cualquier país decente hace mucho estaría por fuera de su cargo.
PD: Que dolorosa noticia las muertes de Juan Diego Perdomo Monroy y John Eder González, durante las protestas que se realizaron en Neiva en hechos aislados. Dos colombianos que murieron alzando su voz en contra de las injusticias del Gobierno Nacional. Mucha solidaridad con sus familias y conocidos en este difícil momento. No los olvidaremos!!!