AMADEO GONZALEZ TRIVIÑO
Lo que pudo haber sido un proyecto con el apoyo de todos los sectores económicos y con fines de desarrollo empresarial, industrial y económico de la región, terminó siendo un fiasco y una mala inversión de los que hicieron parte de ese proyecto, un pequeño y reducido grupo de empresarios y la Cámara de Comercio del Huila, que ahora deben asumir las consecuencias de su fracaso.
Recordemos que la Ley 1004 de 2005 dispone: “La Zona Franca es el área geográfica delimitada dentro del territorio nacional, en donde se desarrollan actividades industriales de bienes y de servicios, o actividades comerciales, bajo una normatividad especial en materia tributaria, aduanera y de comercio exterior. Las mercancías ingresadas en estas zonas se consideran fuera del territorio aduanero nacional para efectos de los impuestos a las importaciones y a las exportaciones”.
Por su parte, la filosofía y la finalidad de las zonas francas, está direccionada conforme reza el artículo 2 de la precitada ley a: 1. Ser instrumento para la creación de empleo y para la captación de nuevas inversiones de capital. 2. Ser un polo de desarrollo que promueva la competitividad en las regiones donde se establezca. 3. Desarrollar procesos industriales altamente productivos y competitivos, bajo los conceptos de seguridad, transparencia, tecnología, producción limpia, y buenas prácticas empresariales. 4. Promover la generación de economías de escala. Y 5. Simplificar los procedimientos del comercio de bienes y servicios, para facilitar su venta.”
Todo este proyecto y estos elementos esenciales de lo que es y constituye la razón de ser de la Zona Franca, para el Departamento del Huila, ubicada en inmediaciones de Palermo, zona adyacente al municipio de Neiva y que había sido visibilizado en cabeza de la Sociedad Zona Franca SURCOLOMBIANA S. A. S., ha terminado por desmoronarse y es así como el Viceministro de Desarrollo Empresarial, mediante la Resolución No. 0886 del 17 de julio del 2024, “por medio de la cual acepta la renuncia y se declaran las perdidas de la declaratoria de la existencia de la zona franca, de la autorización como usuario operador y de la calidad de usuarios industriales y comerciales de la zona franca”.
¿Qué significa lo anterior?: sin lugar a dudas que la economía del Departamento del Huila sufre una de las grandes pérdidas económicas y que se evidencia la ausencia de protagonismo industrial y comercial por parte de la clase empresarial y especialmente de los esfuerzos económicos por presentar la otra cara de la realidad de nuestros dirigentes gremiales, al precisarse que todo esto es fruto de una ausencia de planificación, de un desacierto en la proyección del crecimiento social e industrial de la región que ha de representar pérdidas económicas a quienes hicieron parte de este proyecto que alcanzó unas pérdidas acumuladas de más de cinco mil millones de pesos, según se advierte en la Resolución que es objeto de éste análisis con el que llamamos la atención a nuestra sociedad huilense.
La solicitud de renuncia del operador, como en efecto acaba de suceder con la resolución comentada, nos permiten comprender que el fundamento central estuvo determinado por la falta de viabilidad financiera y por el hecho de que eran pocos los usuarios calificados, a lo que se suma la falta de operatividad de los usuarios calificados, sin perjuicio adicional al hecho de que las pérdidas acumuladas alcanzan el 56,23% del capital suscrito y pagado, todo lo cual, hacía la zona franca Surcolombiana, como inviable.
Los interrogantes que quedan en el aire están determinados por el futuro y el costo real de esta franja de tierra de cincuenta y una hectáreas, que han de ser destinadas a otros proyectos, o bien zonas industriales o zonas para proyectos inmobiliarios o zonas de engorde, que afectarán sin lugar a dudas la economía de los socios que no dimensionaron las consecuencias de su fracaso.
