Es inaceptable que se esté presentando un incremento de la violencia demencial en el territorio colombiano, producto de las equivocadas decisiones que ha tomado el gobierno del cambio desde que asumió el poder hace dos años. El debilitamiento progresivo que han tenido las fuerzas militares y la fuerza pública, por parte del gobierno nacional, ha generado que se haya empoderado la criminalidad en los municipios del país. Es muy triste que con el sofisma de la paz total que hasta el momento ha sido un total fracaso, las familias colombianas estemos soportando el ataque irracional y demencial de estos grupos delincuenciales, cuyas actuaciones están provocando zozobra y terror a la población colombiana. Los asesinatos, masacres, secuestros, terrorismo, narcotráfico, reclutamiento de menores, desplazamiento forzado, extorsión y taponamientos, que se han convertido en paisaje, afectando el bienestar general y la dinámica productiva. Lo anterior se refleja en los indicadores económicos adversos y en los balances financieros que presentan las organizaciones empresariales.
Y para colmo de la sociedad colombiana, el aumento de la inseguridad ciudadana se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para las familias colombianas, a pesar de los ingentes esfuerzos que desarrollan las autoridades estatales para contrarrestar este flagelo social. Los hurtos y asesinatos tienen en jaque al país. El Huila no se sustrae a este mega problema. A pesar de las estrategias que se estructuran, se ven desbordadas por el accionar delincuencial que tienen hastiado a las familias huilenses. Solo en Neiva, se presentaron en los primeros siete meses del año anterior, 313 casos y a la fecha de la presente vigencia, han ocurrido 295 casos de hurtos a las residencias. En lo que tiene que ver con el abigeato en el sector rural, el año pasado a la fecha se habían presentado 19 casos; hoy llevamos 15 con cuatro casos menos, que representan una reducción del 21%.
El hurto a motocicletas y vehículos han tenido un aumento, generando un panorama desalentador por la falta de controles de las autoridades de tránsito para contrarrestar este panorama delincuencial. Este año, van 17 vehículos y 396 motos hurtados. Transitar por las vías urbanas y rurales de los municipios huilenses, se ha convertido en un peligro latente por los altos riesgos que se tienen por la presencia de estos delincuentes, que siempre están al asecho de sus víctimas. La ciudadanía debe rodear a todas autoridades, colaborando permanentemente con información oportuna a las fuerzas del orden, tendiente a prevenir que se sigan cometiendo estos delitos. No podemos entregarles a estos depravados sociales, el pais. El gobierno nacional debe reorientar su accionar gubernamental para fortalecer la seguridad y la tranquilidad de la población colombiana. Todavía le quedan menos de dos años, para encauzar su política de paz, pero sin dejarle el camino libre a las estructuras criminales.
