El tercer trimestre ha marcado una reactivación significativa, sobre todo de la producción industrial, las actividades agrícolas y del sector financiero, luego de una caída histórica de la economía nacional. Sin embargo, el empleo sigue prendiendo las alertas en todas las regiones.
Ocho boletines del Banco de la República, evidencian que hacen una revisión de cómo les ha ido a las economías del mismo número de regiones en el tercer trimestre, y que dan una panorámica de la forma en que se está recuperando el país después de una contracción histórica de 15,7% del PIB en el segundo semestre.
Los informes estudian el desempeño del nororiente (Arauca, Boyacá, Norte de Santander y Santander), Bogotá y Cundinamarca, el Caribe (Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena, San Andrés y Providencia, y Sucre), el suroriente (Amazonas, Casanare, Guanía, Guaviare, Meta, Vaupés y Vichada), el Eje Cafetero (Caldas, Risaralda y Quindío), noroccidente (Antioquia y Chocó), Centro (Caquetá, Huila y Tolima) y el suroccidente (Cauca, Nariño, Putumayo y Valle del Cauca).
Salta a la vista en esas regiones que el levantamiento gradual y total de las restricciones llevó a que los sectores que tenían limitaciones para operar lograran retomar algunas de sus actividades, lo que hizo que la caída del PIB nacional en ese periodo fuera de 9%. Eso sí, el desempeño se ha dado de forma desigual por todo el país.
Como denominador común de la recuperación de esas zonas, se ve que el sector agrícola y el financiero han jalonado buena parte de la recuperación regional y, en menor medida, se ven algunos brotes verdes en las actividades relacionadas con construcción, transporte y comercio.
En Bogotá la mayoría de los sectores registraron menor caída con tendencia a la recuperación, en los que se destacó la construcción y las exportaciones. Según el Banco de la República, el comercio minorista reportó un crecimiento anual particularmente en Cundinamarca, al igual que en su industria al final del trimestre. Algo similar se vio en el suroriente y en el suroccidente, en donde se observó que hubo mejores desempeños en las captaciones y colocaciones financieras y en la construcción.
El desempleo
Ahora bien, mientras se ve que cada región tiene unas mejoras en sus indicadores económicos, según los distintos efectos de la pandemia en sus actividades productivas, la recuperación del empleo se ha vuelto la mancha de esa reactivación.
Precisamente, en los ocho análisis que hizo la entidad se resalta que en todas las regiones el empleo es de los indicadores que sigue en rojo y, para el caso de algunas zonas, se ha profundizado incluso más que en el segundo trimestre.
Por ejemplo, la región central concentra gran parte de las urbes que tienen el mayor desempleo del país. En el trimestre móvil de julio a septiembre, Ibagué, Florencia y Neiva alcanzaron una tasa de desocupación de 27,5%, 27,2% y 26,4% respectivamente, lo que es superior al indicador de las 23 principales ciudades, que cerró en 21%.
A la situación del empleo femenino se le suma que la recuperación de los puestos de trabajo se ha dado sobre todo en los informales o los que son por cuenta propia, lo que configura una preocupación adicional para analistas.
Retroceso en algunos sectores
La economía de la región Centro presentó durante el tercer trimestre de 2020 resultados adversos frente a igual periodo del año anterior, de acuerdo con las actividades de seguimiento, manteniéndose afectadas por la pandemia de covid-19.
Continuó el retroceso en transporte, la construcción, el comercio, especialmente de vehículos, y el sector pecuario. Por su parte, creció el sistema financiero tanto en captaciones como en colocaciones, y particularmente sobresalió la dinámica de los desembolsos de Finagro al renglón agropecuario, impulsado por los recursos para capital de trabajo.
También crecieron en el comercio exterior las exportaciones, mientras en mayor magnitud descendieron las importaciones. La inflación permaneció baja y los indicadores del mercado laboral registraron una tasa de desempleo con deterioro histórico en todas las ciudades capitales de la región.
De acuerdo con las cifras estadísticas obtenidas, se evidenció que en el tercer trimestre de 2020 los desembolsos otorgados por Finagro para la región Centro tuvieron un crecimiento anual importante, pues el sector agropecuario continúo solicitando créditos y avanzando en la mayoría de sus actividades a pesar de la pandemia.
Durante el tercer trimestre de 2020, Finagro aprobó recursos crediticios para el sector agropecuario de la región Centro por $522.582 millones, lo que representó una variación anual importante del 81,3% (Cuadro 1), dado los mayores recursos solicitados para la línea de capital de trabajo, que ascendieron a $315.476 millones (156,0%), en comparación con el mismo trimestre de 2019, requeridos especialmente por el departamento de Huila y Tolima; así, la región Centro logró incrementar su participación dentro del contexto nacional de 6,3% a 8,7%. Por su parte, los empréstitos concedidos en el país totalizaron $6.025.283 millones, lo que representó un avance de 32,5%.
Mayores desembolsos
Por líneas de crédito, en el contexto regional, el capital de trabajo registró los mayores desembolsos, con un avance anual de 156,0% y logró de la mayor participación en el total de los recursos desembolsados (60,4%); por el contrario, las solicitudes para inversión descendieron en 42,4% respecto al mismo trimestre de 2019. De otro lado, los alivios financieros solicitados para la reestructuración de pasivos, por medio de la línea de normalización de cartera, obtuvieron un crecimiento anual significativo (12.698,1%) y lograron una participación de 21,5%.
Por tipos de actividades, las más representativas en la región Centro y que obtuvieron los mayores desembolsos, fueron para el cultivo de arroz, con una variación anual de $146.635 millones (268,4%), café que avanzó 47,2%, ganadería de carne (38,8%), para avicultura un incremento de $411.878 millones (247,3%), frutales con aumento de 173,6% y para el cultivo de plátano (79,2%).
En lo corrido entre enero y septiembre de 2020, los recursos desembolsados por Finagro para la zona Centro totalizaron $1.146.921 millones, lo que representó una variación positiva de 25,2% y en el contexto nacional los créditos crecieron 30,5%.
Sacrificio de ganado
Durante el tercer trimestre de 2020, la cantidad de vacunos sacrificados en la región Centro (Huila y Tolima) experimentó una moderada recuperación con respecto a los dos trimestres anteriores; sin embargo, continuó siendo menor en 6,5% frente a la de igual período de 2019, pues se pasó de 43.873 a 41.040 ejemplares, en concordancia con la información suministrada por el DANE en la Encuesta de Sacrificio de Ganado (ESAG).
En el ámbito de cobertura de la ESAG, el degüello en el país decreció anualmente en 5,3%, al pasar de 868.080 cabezas en el lapso julio – septiembre de 2019 a 822.071en el mismo período del año en curso. La participación de la región Centro bajó ligeramente de 5,1% a 5,0% entre los dos ciclos de comparación. Al discriminar el comportamiento del sacrificio regional por departamentos, se encuentra que el mayor descenso se produjo en el Huila con -6,2%, mientras que en el Tolima fue de solo -0,5%.
Sistema financiero
Por territorios, el departamento del Tolima presentó el mejor comportamiento con un crecimiento anual del 9,1% y contribuyó con el 53,1% del total del ahorro financiero, le sigue el Huila con 5,8% y 40,2%, respectivamente, mientras que en el Caquetá creció 1,3% y aportó solo el 8,5%. En las ciudades capitales de la región Centro (Ibagué, Neiva y Florencia) el consolidado de las captaciones correspondió al 73,9% del total de los recursos.
Por instrumentos de captación, los depósitos de ahorro concentraron el grueso de los recursos (65,3%) y obtuvieron una variación anual de 16,3%. Entre tanto, los depósitos en cuenta corriente contribuyeron con el 16,6% y un incremento de 27,0%; por su parte, los certificados de depósito a término – CDT, participaron con el 17,7% y crecieron en 7,5%.
En la actual coyuntura económica, la intermediación de los establecimientos de crédito ha fluido y con ello se ha dado continuidad a la prestación de los servicios financieros, sin embargo, la velocidad de las operaciones ha estado afectada por una mayor percepción de riesgo y cautela de los consumidores ante la incertidumbre frente a la reactivación económica.
Al cierre de septiembre, de acuerdo con información preliminar de la Superintendencia Financiera, el saldo de las captaciones se ubicó en $8,6 billones, monto que superó en 16,2% el valor de un año atrás y resultó cercano al desempeño obtenido por el consolidado nacional.
Con relación a la cartera bruta, la oferta y demanda de créditos se ha impactado por las condiciones actuales de menor actividad económica, se pasó de una variación anual de 10,8% al cierre del segundo trimestre a 7,9% en septiembre, con un saldo en las obligaciones de $16,1 billones (Gráfico 11). Por departamentos, en términos absolutos se destacó el Tolima, seguido de Huila y Caquetá. Entre tanto, las ciudades capitales (Florencia, Ibagué y Neiva) congregaron el 71,9% de lo prestado, con aumento de 8,6%.