Alvaro Hernando Cardona González
Ya hemos argumentado que Colombia debe buscar en una primera fase en transición energética para dejar de depender de sistemas de generación y/o fuentes menos impactantes al medio natural, reemplazando aquel porcentaje de energías térmicas que tenemos instaladas para dar seguridad en casos de criticidad en el sistema hidráulico. La siguiente fase será más compleja y pasará primero por el debate de las actuales fuentes o sistemas, para definir las menos contaminantes e impactantes al medio natural. Porque se critica hoy a la energía hidráulica, pero esa fue desde el principio, identificada como menos dañina que cualquiera de las térmicas, e incluso, más sostenible que la eólica para el caso colombiano, por ejemplo, si tenemos en cuenta fuerza, calidad y ubicación de los vientos o el costo que supone superar las distancias para transportar la energía (de las costas hacia el interior).
Hace poco el Foro Económico Mundial lanzó el informe 2024 Fostering Effective Energy Transition, que analizó el rendimiento actual del sistema energético de 120 países, centrándose en su nivel de preparación para la transición. La región de América Latina y el Caribe ha registrado el crecimiento más lento a nivel mundial en la última década. Sólo Brasil y Chile figuran entre los 20 países con mejores resultados.
Los datos arrojados son pesimistas, pues asegura que los 10 países con mejores resultados en la transición energética mundial representan solo el 1% de las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía, el 3% del suministro total de energía, el 3% de la demanda energética y el 2% de la población mundial. Estamos lejos a nivel nacional, regional y mundial. Descarbonizar las poblaciones, industrias, el transporte y demás actividades, nunca ha sido tan apremiante
Este estudio concluye que para lograr la transición y superar los retos requiere de un entorno favorable que incluye: a) un marco político efectivamente democrático; b) un marco normativo sólido y justicia eficiente; c) gran habilidad para atraer capital; d) mano de obra cualificada; e) ser innovadores y f) una infraestructura sólida (modos de transporte de cargas, pero también para la energía.
Colombia, en casi todos los factores de ese entorno, está con deficiencias hoy día. La mayor, si tenemos en cuenta las prioridades, en los tres primeros. En el caso del segundo, podemos ir paralelos trabajando en materia de racionalidad normativa energético-ambiental como tanto hemos insistido, y definitivamente…optimizando la justicia. ¿Va a pasar otro gobierno y nada? Este es otro campo en el que las ideologías y la politiquería pueden dejarse a un lado, pero ya.
