Por: Sergio Losada Cerquera.
Atrás quedaron los tiempos en que los Huilenses nos preciábamos de disfrutar los buenos servicios de Alcanos de Colombia, anteriormente Alcanos del Huila.
Esta compañía, nacida del empuje de empresarios Huilenses en 1977, que fuera una de las pioneras en los proyectos de gasificación domiciliaria en el contexto nacional y que buena parte de su historia tuvo una política social responsable, pasó de ser un orgullo del Sur Colombiano y un motor del desarrollo social, a una organización cuyo objetivo fundamental es el de la rentabilidad económica aun cuando esta se contraponga a los intereses de la población.
Esta semana que termina, tuvimos la oportunidad de tener en debate de control especial en el Concejo de Garzón el tema de la prestación del servicio de Gas domiciliario que desde el año 2004 opera en esta población la empresa en mención. A modo de conclusiones quedaron en claro varias cosas:
- En el Huila pagamos una tarifa absurdamente alta: Mientras en Bogotá, Medellín y Cali, el metro cubico de Gas oscila entre los 2.200 y 2.500 pesos, los Huilenses le pagamos a Alcanos por encima de los 3.500 pesos. Ni hablar de zona rural donde es impagable.
- Alcanos se quedó con el negocio pulpo que es el suministro en las zonas concentradas donde llevar el Gas les resulta más barato, mientras hace años tienen una política restrictiva que impide llevar el servicio a zonas dispersas y rurales. En Garzón más del 80% de la población rural no cuenta con este servicio.
- A pesar de las multimillonarias utilidades, Alcanos no quiere reinvertir en expansión de redes y mejora del servicio. Van en coche con las cofinanciaciones de la nación, departamento, municipios y usuarios.
- De manera irresponsable no le contaron a los usuarios que lo que nos dejaban de cobrar en pandemia nos lo cobraban después de ella, y están en ello. Sin embargo los usuarios desconocen cuál es la razón, cuánto deben de pandemia, cuánto han pagado y hasta cuándo deben asumir ese “rezago tarifario”.
Asi mismo, quedó claro que el Departamento el Huila en calidad de accionista de Alcanos, al igual que ECOPETROL, deben jugar un papel más protagónico que busque tener injerencia sobre las decisiones de la Compañía. Las dos entidades no pueden frente a Alcanos, solo sentarsen a esperar los rendimientos de sus acciones sino ser ante todo garantes de un cambio en la política de calidad y cobertura que garantice mejores condiciones a los usuarios.
También queda claro que la CREEG como entidad reguladora de las tarifas debe replantear el asunto y pasar de tarifas que solo garanticen rentabilidad, a unas que garanticen accesibilidad a los ciudadanos, pues más allá del caso particular de Alcanos en el Huila el fenómeno de las alzas tiene contra las cuerdas al pueblo Colombiano.