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Inversiones forzozas y economia popular

Ago 24, 2024

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Por: Ernesto Cardoso Camacho

El más reciente movimiento estratégico del presidente Petro, ha sido su exigencia a la banca nacional, de utilizar el cuantioso monto de los ahorros de millones de colombianos depositados en las cuentas bancarias, para que sean utilizados en la financiación o apalancamiento de tantos emprendedores o pequeños empresarios que los utilizarían para promover la llamada economía popular.

Es estratégico porque lo hace en busca de recuperar su decreciente y desgastada imagen que revelan los últimos sondeos de opinión. Pero además, porque en su acostumbrado estilo de generar polarización, en este caso entre los dueños de los bancos, más que de los ahorradores, con relación a tantos pequeños emprendedores que navegan en la informalidad y que son víctimas de los usureros y del famoso gota a gota, implícitamente busca estimular la diferenciación entre unos y otros, es decir, entre los ricos y opulentos banqueros y los pobres que luchan por su supervivencia en el día a día.

La propuesta nada tiene de novedosa. Se ha utilizado en diversas ocasiones y por diversos gobernantes, pues la dirección general de la economía le corresponde al Estado a través del presidente y sus ministros, con el necesario aval macroeconómico del Banco de la República, para que haya la indispensable armonización de la política económica.

La novedad quizá consiste en que, en la coyuntura actual es urgente reactivar la economía, golpeada por los problemas que atraviesa la globalización pero especialmente por los errores internos del gobierno mismo,el cual  persiste en tomar decisiones populistas como las de restringir la explotación de hidrocarburos, de gas y de minería; siendo la más reciente y claramente demagógica, la de prohibir la exportación de carbón a Israel en solidaridad con el pueblo palestino, decisión que perjudica a la Guajira y al Cesar, en tanto que dejarán de percibir muy  importantes recursos de regalías, al tiempo que las finanzas públicas nacionales también serán afectadas.

La bondad de la medida no es discutible. Seguramente la respuesta de los bancos tuvo que haber sorprendido al presidente, dado que no comprometen a los ahorradores pues no será forzosamente de tales fondos. Además, le recordaron que el sector bancario ha sido siempre un soporte fundamental del desarrollo económico del país. Es decir, le quitaron por completo la carga ideológica y populista de la iniciativa al presidente, anunciándole que tienen disponibles cerca de 50 billones de pesos para apoyar la reactivación económica que todos anhelamos, exigiendo desde luego las medidas necesarias y oportunas tanto del banco emisor como del propio gobierno, pues las garantías son indispensables para que dichos recursos no se pierdan y se focalicen en los sectores más productivos.

En consecuencia, ahora la pelota queda en la cancha del gobierno que deberá estructurar su propuesta y adoptar las medidas necesarias para su adecuada y rápida implementación. Al respecto, existen fundadas dudas acerca de la diligencia y eficacia del ministerio de Hacienda para articular el desarrollo y ejecución de la compleja medida que realmente contribuya a la reactivación de la economía. Al respecto, se recuerda el grave error cometido hace cerca de 7 meses con el doble y triple pago de salarios que por inexcusable negligencia realizó ese ministerio, muchos de los cuales aún no se han recuperado todavía.

Si bien es cierto los fondos de los bancos se nutren principalmente del ahorro ciudadano, también lo es el que allí contribuyen sus propios recursos y las utilidades acumuladas del servicio público que ofrecen. Por tanto, hacen bien los banqueros en precisarle al gobierno que aceptan la propuesta pero no a cuenta de los ahorros de sus clientes, para que dicha inversión no sea forzoza como lo planteó el presidente con el prurito demagógico de la presunta responsabilidad social entre ahorradores y emprendedores populares, pues es evidente que cada quien es dueño de sus ahorros y desde luego, nadie esta dispuesto a que, con el esfuerzo de tantos años se apalanque un emprendimiento popular dado que esa es principal responsabilidad del Estado, bajo la potestad del presidente y de su gobierno.

En una palabra lo que la propuesta de Petro ha significado es lo que la sabiduría, esa si popular, ha definido como “pretender ganar indulgencias con camándula ajena”.

POSTDATA.- Las denuncias del periodista Arguello en el diario La Nación, en relación con los presuntos malos manejos de los recursos mixtos, privados y públicos; en la Cámara de Comercio de Neiva en el proyecto de Zona Franca que ha fracasado; merecen ser rigurosamente investigadas por los organismos competentes, pues podría ser un nuevo capítulo de la aberrante corrupción que nos agobia. Pero además, un nueva prueba de cómo ciertas roscas empresariales trabajan en conjunción con las del sector público que, en este caso, parece estuvo mirando para otro lado. 

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