Por: Mario Solano
La migración no calificada ha desempeñado un papel crucial en la economía de muchos países, proporcionando mano de obra para trabajos sencillos y esenciales para la población local. En Colombia, este fenómeno ha cobrado una relevancia particular, especialmente en el contexto de la recolección de café, una actividad vital para la economía del país. La caficultura en Colombia ha enfrentado históricamente varios desafíos, y uno de los más apremiantes hoy en día es, la escasez de mano de obra para la recolección del grano.
Este problema se ha acentuado en las últimas décadas debido al envejecimiento de la población rural y la migración de jóvenes hacia las ciudades en busca de mejores oportunidades. Ante esta situación, surge una pregunta inevitable: ¿Dónde está la mano de obra de los casi tres millones de venezolanos que han migrado a Colombia en los últimos años? La llegada masiva de venezolanos a Colombia, como resultado de la crisis política y económica en Venezuela, ha creado una expectativa en cuanto a su posible integración en sectores que tradicionalmente dependen de mano de obra no calificada, como el agrícola.
Sin embargo, la realidad ha demostrado que esta integración no ha sido tan automática ni sencilla como se podría suponer. Uno de los principales factores que explica esta aparente desconexión es la poca información en la capacitación a esta gran masa de migrantes, mostrarles los sectores donde pueden ser productivos, trabajo que debe realizar Migración Colombia, con la realización de exámenes médicos certificando la salubridad de las personas y evitar posibles infecciones trasmisibles. La Federación de Cafeteros puede colaborar igualmente a través de medios masivos, comunicando donde se solicitan trabajadores para la recolección del café.
El mercado laboral informal en las ciudades ofrece trabajos por salarios menores que los que se ofrecen en el campo, se lograría disminuir la captación de migrantes por bandas de delincuencia. Sin embargo, la integración de esta mano de obra en la caficultura sigue siendo un desafío debido a factores como la falta de información de zonas geográficas que necesitan mano de obra no calificada, las condiciones de vida en las zonas rurales, y la situación legal de los migrantes. Seria una solución para una gran masa migratoria, la recolección de café donde son buenos los pagos, se da solución a la dificultad que tienen algunas zonas cafeteras, sino también una oportunidad para repensar las políticas de integración y desarrollo rural en el país.