Ante la compleja situación que atraviesa el departamento del Huila con el aumento de los incendios forestales, quienes profesan la fe católica han recurrido a la oración, buscando una esperanza para que llegue la tan necesitada lluvia.
En particular, muchos devotos se dirigen a San Isidro Labrador, el patrón de los agricultores, y a San Pablo VI, con la esperanza de que intercedan ante Dios y traigan alivio en forma de agua para los campos secos.
De acuerdo con los organismos de Gestión del Riesgo de Desastres, la segunda temporada de menos lluvias ha provocado un significativo incremento de incendios forestales, los cuales ya han causado graves daños en varias regiones del Huila. La mayoría de estos incendios son provocados por la mano del hombre, lo que incrementa aún más la preocupación por las consecuencias devastadoras en el ecosistema y las comunidades locales.
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San Isidro Labrador
San Isidro Labrador es ampliamente conocido como el protector de los agricultores, a quien se le ruega para obtener buenos frutos de la tierra y para que la lluvia caiga sobre los campos. En tiempos como este, su figura adquiere un significado especial para aquellos que dependen del campo.
«Dios todopoderoso, que elevas a los humildes y confundes a los poderosos, te pedimos por intercesión de San Isidro Labrador, nos concedas humildad para esperarlo todo de ti y confiar siempre en tu palabra. San Isidro Labrador, ejemplo de vida entregada al Señor. Te pedimos tu intercesión ante Dios, para recibir la lluvia en nuestros campos, y la protección de nuestras cosechas, para que de esta manera podamos obtener el pan nuestro de cada día para gloria de tu santo nombre. Dios padre, tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.»
San Pablo VI, otra figura a la que se recurre
Además de San Isidro Labrador, muchos fieles también se dirigen a San Pablo VI. A este santo se le atribuyen milagros relacionados con la lluvia, y su oración se ha convertido en una fuente de esperanza para quienes buscan el fin de la sequía que afecta tanto a los agricultores como a la fauna y flora de la región.
Oración a San Pablo VI para pedir la lluvia:
«Dios padre nuestro, señor del cielo y de la tierra, tú eres para nosotros existencia, energía y vida. Tú has creado al hombre a tu imagen y semejanza para que, con su trabajo, haga fructificar las riquezas de la tierra, colaborando así a tu creación. Somos conscientes de nuestra miseria y debilidad. Nada podemos sin ti. Tú, padre bueno, que haces brillar el Sol sobre todos y haces caer la lluvia, ten compasión de cuanto sufre durante la sequía en estos días. Escucha con bondad las oraciones que tu Iglesia te dirige con confianza, como escuchaste las súplicas del Profeta Elías, que intercedía a favor de su Pueblo. Haz que caiga del cielo sobre la tierra árida, la lluvia tan deseada, para que renazcan los frutos y se salven los hombres y los animales. Que la lluvia sea para nosotros el signo de tu gracia y bendición. Así, confortados por tu misericordia, te rendimos gracias por todo don de la Tierra y del cielo, con que tu espíritu satisfaga nuestra sed. Por Jesucristo, tu hijo, que nos ha revelado tu amor, fuente de agua viva que brota hasta la vida eterna. Amén.»
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